Damasco ha condenado la decisión de EEUU de enviar armas a los militantes sirios que luchan contra el gobierno.
Damasco ha condenado la decisión de EEUU de enviar armas a los militantes sirios que luchan contra el gobierno.
En una declaración publicada por SANA el jueves, un responsable del Ministerio de Exteriores sirio dijo que el envío de armas a los militantes pone de relieve el papel que juega Washington en lo que respecta a alimentar la crisis en el país árabe.
La declaración añadió que EEUU busca prolongar la violencia y el terrorismo en Siria con el fin de socavar la seguridad y estabilidad del país y todo ello en favor de Israel.
“La realidad sobre las intenciones de EEUU ha quedado expuesta ante todo el mundo, ya que ellos buscan que la violencia y el terrorismo continúe en Siria con el fin de destruir la seguridad y estabilidad en la región, y todo ello al servicio de los objetivos agresivos de Israel”, señaló.
La declaración también expresó la deshonestidad de la Administración estadounidense y su falso apoyo a una solución política real de la crisis siria por medio de una conferencia en Ginebra.
El pasado lunes, los comités de inteligencia de la Cámara de Representantes y el Senado aprobaron una medida que permite a la CIA enviar armas a los terroristas sirios.
Cabe señalar que el envío de armas a grupos irregulares que luchan contra gobiernos supone una clara violación del Derecho Internacional.
Sin embargo, el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Martin Dempsey, ha rechazado la idea de imponer una zona de exclusión aérea en Siria, señalando que sería muy costosa y equivaldría a un acto de guerra por parte de EEUU.
Por otro lado, según el diario worldtribune.com, EEUU ha estado pagando los salarios a policías que desertaron de las filas del gobierno.
Según responsables estadounidenses, la Administración del presidente Barack Obama ha aprobado que se destinen decenas de millones de dólares para pagar los salarios de los oficiales de policía que se unieron a los rebeldes. Ellos dijeron que los oficiales de policía estaban trabajando para mantener el orden en el territorio controlado por los rebeldes, en su mayor parte en el norte de Siria.