La cifra de muertos de la masacre de Jan al Assal, perpetrada por los terroristas, asciende a 220.
Una semana después de que se produjera la masacre de Jan al Assal, parece que la cifra de víctimas es netamente superior a la publicada por las agencias que citan al Observatorio Sirio de los Derechos del Hombre (OSDH), con sede en Londres.
Según el corresponsal de la cadena Al Manar, el número de muertos es más elevado de los 150 anunciados. “Hasta ahora han sido confirmados 220, incluyendo numerosos civiles,”
Por otro lado, la coalición opositora siria, apoyada por las potencias occidentales y las monarquías del Golfo, ha condenado la “ejecución colectiva” de decenas de militares regulares en Jan al Assal, anunciando la “creación de una comisión de investigación”.
Este tipo de reacción es habitual. Cada vez que los militantes cometen masacres, la coalición desmiente su participación en las mismas o las condena.
El OSDH fue rápido en atribuir esta masacre a los extremistas del Frente al Nusra, vinculado a Al Qaida, y a la milicia de Liwa Ansar al Jilafa (Brigada de Partidarios del Califato).
Sin embargo, esta última milicia se declara miembro del Ejército Sirio Libre, el grupo “moderado” apoyado por las potencias occidentales y las monarquías del Golfo. Los primeros indicios también mostraban la implicación de dicho grupo. De hecho, la novena división del ESL reivindicó la toma de Jal al Assal el lunes.
Por su parte, el gobierno sirio ha pedido a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que condene “la masacre horrible cometida por el grupo terrorista Liwa Ansar al Jilafa, cuyas víctimas han sido civiles y militares”.
En una entrevista con la televisión siria el sábado por la tarde, el ministro sirio de Información, Omran al Zohbi, ha afirmado que “los terroristas que han cometido la masacre y los estados que les apoyan y financian pagarán muy caro este crimen”.