Según el periódico británico Daily Telegraph, la economía de Zimbabwe se está recuperando y experimenta un mini-boom a pesar de las fuertes sanciones promovidas por los países occidentales.
Según el periódico británico Daily Telegraph, la economía de Zimbabwe se está recuperando y experimenta un mini-boom a pesar de las fuertes sanciones promovidas por los países occidentales, y en primer lugar por el Reino Unido, contra el país africano.
Un artículo de Fraser Nelson publicado en el citado diario señala que los economistas del Banco Mundial han calificado de “asombrosa” la recuperación de Zimbabwe a pesar de las sanciones dirigidas a derribar al régimen del presidente Robert Mugabe, que acaba de ser reelegido en unas elecciones calificadas de “justas y transparentes” por la Unión Africana.
Los signos de la recuperación están en todas partes. Los hoteles están llenándose, los taxistas trabajan a destajo y las ventas se están incrementando. Este desarrollo de los acontecimientos ha sorprendido al Reino Unido, donde hace diez años se debatía si invadir el país africano, una antigua colonia británica, para expulsar del poder a Mugabe.
Una de las principales razones de esta recuperación es la política de “Mirar hacia el Este” puesta en marcha por Mugabe. Los inversores chinos han acudido en masa al país y realizan sus operaciones sin plantear condiciones políticas, como hacen los países occidentales. En lugar de aceptar sermones del Fondo Monetario Internacional, el gobierno de Mugabe ha confiado en China para encauzar su economía. De este modo, el país asiático se ha convertido en el principal socio comercial de Zimbabwe.
La influencia china está, pues, creciendo en Zimbabwe, al igual que en otros países africanos, a costa de la británica y estadounidense. Existen pantallas gigantes de televisión en la capital, Harare, para transmitir noticias de canales chinos. La Universidad de Harare ha abierto un Instituto Confucio y existen también noticias de que el yuan chino podría convertirse en la moneda oficial de Zimbabwe.
Según el artículo, la disposición china a realizar negocios con Zimbabwe ha “convertido en una broma las sanciones occidentales contra ese país”.