Las manifestaciones con motivo del Día Mundial de Al Quds han tenido lugar el viernes en Bahrein a pesar de la represión del régimen, que ha dejado un balance de varias personas heridas.

Las manifestaciones con motivo del Día Mundial de Al Quds han tenido lugar el viernes en Bahrein a pesar de la represión del régimen, que ha dejado un balance de varias personas heridas.

Las fuerzas de seguridad dispararon el viernes gases lacrimógenos y balas contra los manifestantes que se reunieron en varios puntos del país para conmemorar el Día de Al Quds.

El área residencial de Sar, en el centro del país, fue testigo en la mañana de una marcha en la que los manifestantes portaban banderas palestinas y de Bahrein. Varios manifestantes resultaron heridos cuando las fuerzas de seguridad del régimen monárquico abrieron fuego contra ellos.

La misma escena se repitió en la región de Nuwaidrat, al sur de la capital, Manamá, donde las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos.

Poco después de las oraciones del viernes, diversas multitudes tomaron las calles de Yuffair, Sahla, Malkiya, Dair, Yablat Habashi, Karzakan, la isla de Sitra, Diraz y otras. Estas manifestaciones fueron convocadas por la Coalición de Jóvenes del 14 de Febrero y otros movimientos.

Los organizadores señalaron en una declaración que Al Quds continúa presente en las mentes y los corazones de las personas libres y que es un tema central para el mundo árabe y musulmán.

Las protestas se han venido sucediendo en Bahrein contra el régimen dictatorial de la familia real Al Jalifa, apoyado por Arabia Saudí.

Las organizaciones pro-derechos humanos han denunciado que el régimen ha intensificado la represión contra los manifestantes y lleva a cabo numerosas violaciones de los derechos humanos. Existen imágenes de video que muestran a oficiales de policía tirando a menores de edad de los tejados y también se han producido arrestos masivos de bloggeros, juicios a víctimas con señales de tortura y muchas otras.

Estas organizaciones han denunciado también la complicidad de los gobiernos occidentales con la dictadura de Bahrein, como demuestran las visitas regulares de altos dignatarios del régimen. Incluyendo al propio rey, a países como el Reino Unido, donde se han reunido con las más altas autoridades, incluyendo la reina y el primer ministro.