El miércoles por la tarde, la televisión siria difundió las confesiones de dos miembros de las redes terroristas desmanteladas en Deraa y Latakia.
En Siria, las fuerzas de seguridad prosiguen la caza de los terroristas. El miércoles por la tarde, la televisión siria difundió las confesiones de dos miembros de las redes terroristas desmanteladas en Deraa y Latakia. Los dos detenidos reconocieron haber agredido al Ejército y las fuerzas de seguridad, abierto fuego sobre los coches que circulaban en las dos regiones y quemado los bienes públicos.
Ahmad Mohammad Hussein, miembro de una célula terrorista desmantelada por las fuerzas de segurdad, reconoció que había abierto fuego contra los coches que circulaban por la autopisa de Deraa el lunes, uno de los cuales pertenecía al Banco Comercial Sirio.
Según él, un sheij de Deraa reunió a la población delante de su mezquita y pidió a algunos jóvenes que quemaran neumáticos y llenaran botellas con gasolina y clavos para lanzarlas contra los soldados a su llegada.
“Algunos provocadores eran personas cultivadas. Ellos cortaron la carretera principal y pararon a los viajeros para pedirles sus documentos de identidad o sus pasaportes. Ellos detuvieron a algunos de ellos y permitieron a otros seguir su camino,” dijo.
Y añadió: “Ciertos grupos armados llevaban fusiles, metralletas automáticas y revólveres. Ellos eran seguidores del Sheij Walid Sheij, que nos dijo que quien combatía y era muerto por el Ejército y las fuerzas de seguridad sería considerado un mártir.”
“Al paso de un coche que pertenecía al Banco Comercial sirio junto a la frontera jordana, varios jóvenes intentaron detenerlo, pero el chófer aceleró y éstos últimos abrieron fuego en su dirección y le arrojaron cócteles molotov y piedras,” precisó el miembro de la célula terrorista, que añadió que este incidente se repitió con otro chófer de un coche kuwaití, que dio una vuelva de campana debido a los disparos que alcanzaron a uno de los neumáticos del vehículo.” Según él, los jóvenes tomaron al asalto además la sede del Partido Baas en la ciudad y la incendiaron. También rompieron unas sillas y una cámara propiedad de la municipalidad”.
En Lataquia, un tal Hassan Selwaya, uno de los miembros de una célula terrorista, reconoció que ésta había causado muertes entre los soldados, los miembros de las fuerzas de seguridad y ciudadanos en los barrios de la ciudad. Ella fue detenida por haber incendiado un autobús y haber hecho frente a las patrullas del Ejército.
“Un hombre vino a informarnos de que tendrían lugar manifestaciones el viernes en la mezquita Jalid ben Walid. Nosotros le dijimos que estaríamos dispuestos a sembrar el caos, pero que necesitábamos armas. Este último nos proporcionó armas que utilizamos contra el Ejército, las fuerzas de seguridad y los ciudadanos,” confesó.
Él dijo que había tomado parte en el asalto llevado a cabo contra un vehículo policial para confiscar también las armas de la policía. “Éramos numerosos y nos pusimos de acuerdo para tender una emboscada a los policías,” explicó.
Él continuó diciendo: “Yo conducía el autobús y quise detenerlo delante de la gendarmería para matar a los guardias que estaban en el lugar, confiscar sus armas y entrar en el interior para hacer salir al resto”.
“Yo llevaba un revólver de 9 mm, otro del calibre 8,5 mm y un fusil automático que me dio uno de los manifestantes que se consideraba como “el dirigente de la revolución”, dijo Selwaya, que afirmó que las manifestaciones calificadas de “pacíficas” eran en realidad rebeliones armadas. “Abrimos fuego contra los miembros de las fuerzas de seguridad y el Ejército para matarlos,” concluyó.