Los partidarios del depuesto presidente egipcio, Mohammed Mursi se preparaban el lunes para una ofensiva de las fuerzas de seguridad contra sus concentraciones de protesta en El Cairo.
Los partidarios del depuesto presidente egipcio, Mohammed Mursi, han levantado barreras improvisadas, y se preparaban el lunes para una ofensiva de las fuerzas de seguridad contra sus concentraciones de protesta en El Cairo tras la expiración de un ultimátum del gobierno.
Partidarios de Mursi, dirigidos por los Hermanos Musulmanes, permanecen en dos grandes campamentos de protesta en la capital y también han realizado manifestaciones casi a diario en todo Egipto en contra del derrocamiento el pasado 3 de julio del que consideran como “presidente legítimo”.
Los líderes interinos del país han advertido en repetidas ocasiones a los manifestantes que desalojen estos campamentos, e incluso han prometido a los Hermanos Musulmanes un retorno a la vida política para poner fin a las protestas. Sin embargo, los Hermanos Musulmanes insisten en el restablecimiento de Mursi en el poder.
Más de 250 personas han fallecido desde Mursi fue derrocado y detenido, y las autoridades afirman que están dispuestas a evitar un mayor derramamiento de sangre.
La dispersión de las sentadas será “gradual”, y los manifestantes han recibido “varias advertencias”, dijeron altos funcionarios de seguridad a AFP.
“Habrá una serie de pasos graduales. Vamos a anunciar cada paso”, señaló un responsable del Ministerio del Interior a la agencia.
Una vez que comience el asedio, los manifestantes se verán “rodeados” y no se permitirá a nadie que se una a las sentadas y concentraciones. También se darán varias advertencias a los manifestantes para que se vayan, dijo otro funcionario de seguridad.
“Esto puede durar dos o tres días”, añadió.
De forma paralela, en el lugar de la principal protesta de la capital, Rabaa Al-Adawiya, decenas de hombres con cascos y porras vigilaban el lunes las barreras improvisadas.