A pesar de la situación actual particularmente crítica, el secretario general de Hezbolá, -que tendrá esta semana dos apariciones televisadas- hace gala de una gran serenidad.
A pesar de la situación actual particularmente crítica, el secretario general de Hezbolá, -que tendrá esta semana dos apariciones televisadas- hace gala de una gran serenidad. Según sus raros visitantes -puesto que Sayyed Hassan Nasralá recibe pocas visitas en este tiempo para consagrarse a los múltiples dossiers políticos, mediáticos y militares que trata personalmente-, el jefe de Hezbolá estima que el movimiento que dirige se bate en la actualidad en tres frentes: en el escenario interno libanés, en Siria y contra Israel.
Estos tres frentes son de una igual importancia a sus ojos, incluso aunque el escenario que él prefiere es el de afrontar al enemigo israelí. El último incidente en Labbuné (entre Naqura y Aita Shaab) -cuyos secretos todavía no han sido dados a conocer en su totalidad- confirma por cierto lo que Sayyed Nasralá no ha cesado de señalar en sus discursos: que aquellos que creen que creando problemas a la resistencia en el plano interno lograrán apartarla de su objetivo principal, que es luchar contra Israel, se equivocan.
A través de este incidente, Hezbolá ha mostrado que su voluntad de continuar en estado de máxima alerta está justificada y que “el ala” que está consagrada a combatir contra Israel funciona independientemente de las otras.
Por otro lado, según ciertas versiones, la incursión de la patrulla israelí en el interior del territorio libanés era una especie de test para verificar justamente si Hezbolá está realmente en estado de alerta permanente o si su participación en la guerra de Siria y las presiones ejercidas sobre la organización en el escenario interno le habían llevado a relajar su vigilancia. Esta violación flagrante por parte de Israel de las disposiciones de la Resolución 1701 y de la soberanía libanesa demuestra que Hezbolá tiene razón en lo que respecta a mantener sus prioridades.
Según sus visitantes, Nasralá está convencido de que a pesar del inmenso apoyo internacional del que se beneficia, Israel teme más que nunca a la Resistencia. Desde la participación de Hezbolá en los combates en Siria, y en particular en Al Qussair, Israel habría también modificado todos sus planes de defensa. La razón para ello es simple.
Hasta ahora, en todos los enfrentamientos con Israel - y son bastante numerosos - Hezbolá había estado siempre a la defensiva y luchado en su propio territorio, en un entorno que le era favorable. Pero en Siria, y en particular en Al Qussair, adoptó una actitud ofensiva, mostrando nuevas capacidades militares que inquietan a los israelíes. Éstos han mostrado su preocupación por las referencias hechas por Nasralá en un discurso sobre Galilea y han llegado a la conclusión de que Hezbolá tiene planes para tratar de hacer una incursión en esta porción de territorio en el caso de una nueva confrontación. Ellos han cambiado sus planes militares sobre esta base, lo cual, para Hezbolá es un signo positivo.
Otra señal positiva es que Hamas está tratando de aproximarse de nuevo a Hezbolá. En un momento en que la tensión entre sunníes y shiíes está en constante aumento en la región, este enfoque recrea la unidad de los movimientos sunníes y shiíes de la resistencia.
Ciertamente, el secretario general de Hezbolá no minimiza la campaña en contra de su formación. Pero él cree que éste es el precio a pagar. A los que critican la intervención en Siria, Hezbolá les pregunta qué hubiera pasado si ella no hubiera tenido lugar: la oposición siria habría seguido bombardeando Hermel y sus alrededores, y luego Baalbeck y sus alrededores, ampliando cada vez más el alcance de sus agresiones, primero para establecer el vínculo entre Ersal y el norte de Líbano y proporcionar una amplia zona de amortiguación para la oposición siria, y, a continuación, para empujar a la población shií a rebelarse y embarcarse en una respuesta contra los rivales políticos de confesión sunní, sumiendo al país no sólo en una extensión de la guerra de Siria, sino también en una discordia religiosa.
Scarlet Haddad, periodista libanés próximo al 8 de Marzo
L'Orient-Le-Jour