El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó el martes que Israel se encuentra detrás de la destitución de Mohammed Mursi por parte del Ejército egipcio.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó el martes que Israel se encuentra detrás de la destitución de Mohammed Mursi por parte del Ejército egipcio.
“¿Sabéis lo que dijeron sobre Egipto? Que la democracia no se basa en las urnas. ¿Quién dijo eso?: Israel”, dijo Erdogan durante una reunión de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
Erdogan afirmó que durante un foro en Francia antes de las elecciones de 2012, que dieron la victoria a los Hermanos Musulmanes de Mursi, “el ministro israelí de Justicia y un intelectual judío utilizaron estos términos: incluso si los Hermanos Musulmanes ganan las elecciones, ellos no serán vencedores, puesto que la democracia no se basa en las urnas”.
Turquía ha condenado con dureza la destitución del presidente Mursi y ha optado por mantener un tono firme en la denuncia de la represión llevada a cabo por las fuerzas de seguridad egipcias en contra de los manifestantes que exigen el retorno del presidente derrocado.
Erdogan también ha criticado a los países occidentales por lo que él calificó de “doble rasero” en el tema de la democracia. Él afirmó que los países occidentales siempre sermonean a otros sobre democracia, pero en el caso de Egipto no han hecho nada para apoyar a un presidente elegido en las urnas.
Turquía ha llamado a consultas a su embajador en El Cairo, medida ésta a la que Egipto respondió haciendo lo propio con su embajador en Ankara, en un claro signo de la degradación de los vínculos bilaterales.
Esto supone un contraste con lo que sucedió bajo la presidencia de Mursi, cuando Ankara convirtió a El Cairo en uno de sus socios privilegiados en su estrategia de influencia regional.
La caída de Mursi supone otro duro revés para la política turca tras el derrocamiento de su único socio estratégico, el emir de Qatar, Sheij Hamad bin Jalifa al Zani, que se vio obligado a abdicar hace dos meses bajo fuerte presión de EEUU y Arabia Saudí. La causa de su derrocamiento fue su estrecha alianza con Turquía y su apoyo a los Hermanos Musulmanes y Hamas.
El nuevo emir, Sheij Tamim bin Jalifa al Zani, se opone a la política de su padre de mantener estrechos lazos con los Hermanos Musulmanes y Turquía.