El máximo oficial estadounidense ha advertido en contra de un ataque contra Siria, afirmando que esto llevaría a Washington a involucrarse en un conflicto que no es decisivo militarmente para EEUU.

El máximo oficial estadounidense ha advertido en contra de un ataque contra Siria, afirmando que esto llevaría a Washington a involucrarse en un conflicto que no es decisivo militarmente para EEUU.

“Podemos destruir la fuerza aérea siria,” dijo el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, general Martin Dempsey, en una carta dirigida al representante Eliot Engel (Demócrata por Nueva York), que lleva la fecha del 19 de Agosto. “Pero esto llevaría a una escalada y a una mayor implicación potencial de EEUU en el conflicto”.

“Dicho de otra manera, esto no sería militarmente decisivo, pero podría llevarnos a una implicación en el conflicto,” dijo Dempsey en la carta, citada por la agencia Associated Press.

El alto general dijo también que una intervención militar norteamericana llevaría a que “EEUU se sumerja profundamente en otra guerra en Oriente Medio”.

“El uso de la fuerza militar estadounidense puede cambiar el equilibrio militar,” dijo Dempsey. “Pero no puede resolver los conflictos subyacentes y los temas históricos de tipo étnico, religioso y tribal que alimentan el conflicto”.

Él también afirmó que los militantes que luchan contra el presidente Bashar al Assad no apoyarían los intereses de EEUU si ellos tomaran el poder.

“En Siria hoy no se trata de escoger entre dos lados, sino más bien entre muchos”, dijo Dempsey. “Yo creo que el lado que escojamos debe estar preparado para promover sus intereses así como los nuestros cuando el equilibrio de poder cambie en su favor. Sin embargo, ellos no están dispuestos a hacerlo”.

El general Dempsey describió el conflicto sirio como “trágico y complejo”.

“Tiene unas raíces profundas. Es un conflicto de larga duración entre múltiples facciones y las luchas violentas por el poder continuarán después de que el gobierno de Assad termine,” escribió. “Debemos evaluar la efectividad de las opciones militares en este contexto”.

En Julio, el general Dempsey dijo que el imponer una zona de exclusión aérea costaría a EEUU unos 1.000 millones de dólares al mes y supondría un riesgo de que aviones estadounidenses fueran derribados.

En una carta dirigida al Comité de Servicios Armados del Senado, Dempsey dijo que el uso de tales fuerzas “sería un acto de guerra” y se produciría además en un tiempo de recortes presupuestarios en el Pentágono.

“Algunas opciones pueden no ser factibles en lo que se refiere al tiempo o el costo sin comprometer nuestra seguridad en otras partes del mundo”, concluyó Dempsey.