Tras el atentado en el barrio de Rueis, los temores a un nuevo atentado con coche bomba han llevado a la adopción de una serie de medidas de seguridad urgentes.
Tras el atentado en el barrio de Rueis, el Suburbio del Sur del Líbano no se parece a cómo estaba antes. Los temores a un nuevo atentado con coche bomba han llevado a la adopción de una serie de medidas de seguridad urgentes.
Durante la última sesión del Consejo Superior de la Defensa, celebrada al día siguiente del atentado de Rueis, los responsables de seguridad han compartido todos los datos disponibles referentes al origen del terrorismo que golpea las regiones habitadas por los partidarios de Hezbolá.
Sin embargo, la protección de las zonas amenazadas por los atentados terroristas necesita de un “milagro” por parte de las fuerzas de seguridad, que no disponen de los efectivos necesarios para asegurar la seguridad en el Suburbio del Sur de Beirut, pero también en las localidades del Sur del país y en Monte Líbano. Frente a esta insuficiencia de recursos militares, Hezbolá se ha hallado en la obligación de tomar bajo su responsabilidad la seguridad de las zonas donde viven sus partidarios.
Existe una tendencia que apunta a la necesidad de coordinación entre los distintos servicios de seguridad y de hacer hincapié en la política de seguridad preventiva, dado que estos servicios persiguen a un cierto número de grupos terroristas sospechosos de haber lanzado cohetes o preparado coches bomba.
Según las investigaciones disponibles citadas por el periódico libanés As Safir, la mayor parte de las informaciones de que dispone el Departamento de Información del Ejército libanés le han sido entregadas por Hezbolá, que adoptó un estado de alerta incluso antes de la explosión de Bir el Abed del pasado 9 de Julio.
El Suburbio del Sur solo tiene necesidad de unos 2.000 militares y miembros de las Fuerzas de Seguridad Interna. Dado que estas últimas sufren ya de un déficit de personal debido a sus múltiples funciones, que incluyen la protección de las personalidades políticas, tal número de efectivos no está disponible en este momento.
Por su parte, el ejército libanés, cuyos miembros están repartidos entre el Sur, el Norte, Beirut y la Bekaa, es también incapaz de desplegar el número de soldados necesarios para hacer frente a las amenazas terroristas. El Ejército está concentrado, sobre todo, en el Norte del país para controlar las regiones donde existe una alta tensión.
Frente a esta situación, Hezbolá ha desplegado efectivos armados en puntos de control y registra vehículos y a transeúntes utilizando aparatos sofisticados que permiten descubrir coches bomba, mientras mantiene una coordinación con los servicios de seguridad.
Medios de seguridad confirman que todas las medidas adoptadas en el Suburbio del Sur y en otras regiones son temporales y han sido impuestas a causa de una nueva situación, la del “terrorismo de los coches bomba”.