El Ejército sirio hizo fracasar el pasado mes una operación estadounidense consistente en utilizar una fuerza de mercenarios con base en Jordania con el fin de provocar la caída del gobierno de Damasco.
El Ejército sirio hizo fracasar el pasado mes una operación estadounidense consistente en utilizar una fuerza de mercenarios con base en Jordania con el fin de provocar la caída del gobierno de Damasco.
Fuentes diplomáticas occidentales dijeron al periódico worldtribune.com que el Ejército y las fuerzas de seguridad de Siria aplastaron una campaña estadounidense para enviar a centenares de rebeldes desde Jordania para apoderarse de una ciudad clave en el sur del país, Deraa, y posteriormente marchar hacia Damasco.
Las fuentes señalaron que una fuerza del Ejército Sirio Libre, patrocinada por EEUU, no logró penetrar ni siquiera 10 kilómetros dentro de Siria antes de que ser detectada y atacada por el Ejército Sirio y otras milicias.
“Se trataba de una fuerza bien entrenada y equipada que buscaba eventualmente llegar a Damasco y derrocar al régimen”, dijo una fuente. “En lugar de ello, los rebeldes cruzaron la frontera jordana y al cabo de varias horas habían emprendido la huida”.
La fuentes dijeron que la fuerza del Ejército Sirio Libre, que contaba en sus filas con militantes saudíes y egipcios y mercenarios occidentales, consistía en dos unidades del tamaño de un batallón cada una, o sea unos 600 combatientes.
Las fuentes dijeron que los combatientes, entrenados por la CIA y por el Mando de la Fuerza de Operaciones Especiales de Jordania, estaban equipados con misiles antiaéreos, antitanque y equipos de visión nocturna. La mayor parte del equipo procedía de la antigua Yugoslavia.
Desde finales de 2012 Jordania se ha convertido en la principal base del proyecto estadounidense para entrenar y equipar a terroristas sirios.
“El plan de la CIA era simple: establecer una presencia del ESL en el sur de Siria que sirviera como imán para otras fuerzas de la oposición y marchar luego hacia Damasco”, dijo la segunda fuente.
El 17 de agosto las dos unidades del ESL cruzaron la frontera jordana con destino a la cercana ciudad siria de Deraa, a una distancia de menos de 15 kilómetros. Sin embargo, las fuentes afirman que los terroristas fueron inmediatamente rodeados por milicias drusas y beduinas. Miembros de grupos aliados a Al Qaida que operan en la región se negaron a prestarles ayuda.
“Nadie los quería allí e incluso aquellos que han estado luchando contra Assad los vieron como una amenaza”, dijo la otra fuente.
Al cabo de unas pocas horas, unidades del Ejército sirio llegaron y persiguieron a los miembros de la fuerza del ESL, que huyeron hacia el oeste, concretamente hacia los Altos del Golán y la frontera israelí. Las fuentes señalaron que la disciplina se quebró dentro de las unidades del ESL y algunos de sus combatientes intentaron llegar al lugar donde se hallaba una fuerza de pacificación de la ONU en el Golán, en un intento de adquirir escudos humanos para protegerse.
El 20 de agosto, las fuentes dijeron que la fuerza del ESL había sido derrotada. Algunos de sus miembros fueron rodeados por las unidades del Ejército sirio. Otros resultaron muertos o huyeron. Esta derrota acabó con las esperanzas de EEUU de utilizar a Jordania como plataforma para lograr un rápido avance rebelde que pusiera fin a la guerra en 2013.
Las fuentes señalan además que la derrota puso de manifiesto el creciente aislamiento de Washington en lo que se refiere a la campaña rebelde en Siria. La estrategia norteamericana se extrajo de la revuelta contra el coronel Gadafi en Libia en 2011, en la que la OTAN utilizó Bengasi como plataforma de lanzamiento para los ataques. “Los norteamericanos han estado promoviendo esta estrategia de Bengasi durante más de un año a pesar del hecho de que Siria no es Libia y Assad no es Gadafi”, señaló la segunda fuente.