22-11-2024 01:00 PM Tiempo de Jerusalén

El espionaje de la NSA crea una crisis política entre Brasil y EEUU

El espionaje de la NSA crea una crisis pol&iacutetica entre Brasil y EEUU

El espionaje de la NSA norteamericana sobre Brasil y su presidenta, Dilma Rousseff, amenaza con provocar tensiones entre Washington y Brasilia.

Varios políticos brasileños, incluyendo al antiguo presidente Luiz Inacio Lula da Silva y el antiguo ministro Franklin Martins, han pedido a presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que anule su próximo viaje a EEUU donde tiene previsto reunirse con el presidente de ese país, Barack Obama, tras las nuevas revelaciones sobre el amplio espionaje llevado a cabo por EEUU en contra de Brasil.

La presidenta tiene previsto realizar un encuentro con el ministro de Exteriores brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, el 17 de septiembre en el que decidirá si llevará a cabo o no esta visita oficial prevista para el 23 de Octubre.

El escándalo de espionaje se inició tras las revelaciones, dadas a conocer en Julio por el canal de televisión brasileño O Globo TV, que mostraban que Washington había convertido a Brasil en uno de los principales objetivos de su espionaje electrónico. Dichas revelaciones procedían de documentos filtrados por el ex agente de la NSA Edward Snowden, actualmente refugiado en Rusia.

Otros nuevos informes, publicados el pasado 1 de Septiembre por O Globo TV, han señalado que la NSA espió las comunicaciones de Rousseff y sus altos consejeros, así como las de otros brasileños. La NSA utilizó un programa para conocer todo el contenido de Internet al que Rousseff accedía y desplegó otro que le permitía leer los correos de la presidenta.

Otros documentos publicados por Snowden han expuesto también el espionaje llevado a cabo por la NSA contra la empresa petrolífera Petrobras, la cuarta mayor en el mundo. Estos informes revelaron asimismo que el presidente mexicano ha sido objeto de un espionaje similar por parte de la agencia estadounidense.

Todas estas informaciones han creado tensiones en las relaciones entre Brasil y EEUU y han llevado a que el gobierno brasileño exija una explicación oficial estadounidense por la vigilancia electrónica de que ha sido objeto y que supone una clara violación de la soberanía del país sudamericano.

En realidad, estas nuevas revelaciones sugieren que Brasil, y el conjunto de América Latina, están sometidos a un masivo programa de espionaje que afecta a todas las telecomunicaciones. La NSA ha invertido miles de millones de dólares sólo en espiar las comunicaciones brasileñas.

Espionaje económico

Rousseff mostró su irritación tras conocerse estos informes y rechazó el argumento estadounidense de que la NSA solamente reúne información relativa al terrorismo o a la seguridad nacional. “Si los hechos recogidos en los medios se confirman, es evidente que el motivo que se halla detrás de estos hechos de espionaje no es la guerra contra el terrorismo, sino intereses económicos y estratégicos”, señaló la presidenta.

En realidad, el espionaje contra Petrobras ha afectado a uno de los intereses económicos más fundamentales de Brasil. Ha habido especulaciones en los medios brasileños sobre el hecho de que el espionaje contra Petrobras podría estar dirigido a conocer datos sobre las reservas de petróleo descubiertas en la plataforma marítima del sureste de Brasil y que se estiman en unos 50.000 millones de barriles.

Algunos medios brasileños han señalado también que el espionaje estadounidense otorga una ventaja competitiva a las compañías norteamericanas frente a las brasileñas y las latinoamericanas en general, lo cual daña gravemente los intereses económicos de Brasil y otros estados.

Respuesta brasileña

En respuesta a la publicación de estos documentos, Brasil ha tomado algunas medidas como el convocar al embajador estadounidense en Brasil, Thomas Shannon, para pedirle una explicación por estas actividades. Asimismo, la presidenta convocó un encuentro de alto nivel entre los Ministerios de Defensa, Justicia, Comunicaciones y Exteriores para “discutir las informaciones sobre el espionaje y adoptar medidas de respuesta”, señaló AP.

Estas revelaciones “deben ser consideradas un asunto muy serio y constituyen una clara violación de la soberanía brasileña”, afirmó el ministro de Justicia José Eduardo Cardozo. “Este espionaje no sólo daña a Brasil, sino que viola la soberanía de varios países en abierta contradicción a lo que establece el Derecho Internacional”.

“Éste es un tema muy serio porque un país no puede aceptar pasivamente la violación de su soberanía,” afirmó Cardozo. Cualquier estado que vea su soberanía violada debe reaccionar, adoptar una postura clara y utilizar el Derecho Internacional para poner las cosas en su lugar. Y eso es lo que Brasil va a hacer”.

Cardozo también advirtió que las revelaciones sobre el espionaje de la NSA podrían llevar a Brasil a anular la compra prevista de 36 aviones F-18 a la compañía estadounidense Boeing, un acuerdo que iba a alcanzar los 4.000 millones de dólares.

Por otro lado, el gobierno brasileño ha multiplicado sus esfuerzos para mejorar la seguridad de sus comunicaciones. Entre las medidas técnicas adoptadas está la utilizar plataformas seguras de emails, como una ya creada llamada “Expresso”, y desplegar sus propios cables de fibra óptica para comunicarse con los gobiernos de países vecinos, incluyendo los de Argentina y Uruguay. Con estas medidas, Brasil espera reducir la cantidad de información que pueda ser adquirida por los espías estadounidenses o de otros países.

Al mismo tiempo, Brasil ha encargado al consorcio Thales Alenia Space, la mayor compañía de defensa electrónica de Europa, que construya un satélite que será utilizado por el gobierno y las fuerzas armadas brasileñas y entrará en funcionamiento en 2016. El satélite será gestionado por la compañía brasileña Visiona, una empresa conjunta formada por la compañía estatal de telecomunicaciones Telebras y la compañía aeronáutica Embraer. Visiona tiene previsto construir satélites en el futuro.

El Comité de Relaciones Internacionales del Senado de Brasil ha pedido también a ejecutivos de las compañías estadounidenses Google, Facebook y Microsoft que operan Brasil que comparezcan para testificar en relación a su posible colaboración con la NSA. La presidenta de Brasil ha anunciado asimismo la próxima aprobación de una legislación que obligaría a las compañías tecnológicas extranjeras que almacenan datos de usuarios brasileños a mantener servidores con tal fin en Brasil.