Fuentes del Ministerio ruso de Exteriores han señalado que informaciones recogidas por diversos servicios de inteligencia afirman que al Nusra ha conseguido gas sarín de varios países regionales y árabes.
Fuentes del Ministerio ruso de Exteriores han señalado que informaciones recogidas por diversos servicios de inteligencia afirman que el Frente al Nusra ha conseguido gas sarín de varios países regionales (Turquía concretamente) y árabes. Además, estos servicios han detectado la infiltración en el Líbano de un gran número de elementos de Al Qaida, de nacionalidades árabes y extranjeras, a través de pasos fronterizos ilegales entre los dos países.
Estas fuentes rusas no han excluido que las células de Al Qaida extiendan la confrontación al Líbano, que vive las réplicas del conflicto sirio en todas sus dimensiones. Las fuentes han puesto en guardia en contra de este fenómeno, que amenaza al Líbano.
Las mismas fuentes han indicado, por otra parte, que los expertos rusos han llegado a la conclusión de que el gas sarín utilizado en Guta no es de fabricación rusa o soviética, lo que valida la afirmación de Damasco de que no utilizó armas químicas.
Por otro lado, las fuentes rusas creen que los rebeldes sirios han podido utilizar municiones de origen soviético para llevar a cabo el ataque en Guta el 21 de agosto con el fin de desviar la investigación hacia una pista falsa, señala el director del Centro de Análisis del Comercio Mundial de Armas, Igor Korotchenko.
El 16 de Septiembre, los investigadores de la ONU afirmaron que el motor de un misil utilizado en uno de los ataques químicos de Guta tenía inscripciones en alfabeto cirílico (alfabeto ruso). “La utilización de municiones de fabricación soviética o rusa serviría para hacer el juego a Occidente. El objetivo de esto es evidente: desviar la investigación, acusar a las fuerzas gubernamentales de haber utilizado armas químicas y vincular a Rusia con este ataque”, dijo Korotchenko en una entrevista con RIA Novosti.
Según el experto, “las armas fabricadas en la Unión Soviética están extremadamente repartidas por todo el mundo así que es muy difícil decir hoy a quien y cuando fueron entregadas tales municiones y quien las cargó con las sustancias tóxicas.”