los alauíes, una minoría religiosa en Siria, que habita principalmente en las zonas costeras del país se han convertido en blancos preferentes de los grupos takfiris que operan en el norte de Siria.
Según un reportaje del periódico británico The Guardian, los alauíes, una minoría religiosa en Siria, que habita principalmente en las zonas costeras del país, sobre todo en la provincia de Latakia, se han convertido en blancos preferentes de los grupos takfiris que operan en el norte de Siria.
El 4 de agosto, grupos armados, como el Frente al Nusra y el Estado Islámico de Iraq y Siria, ambos vinculados a Al Qaida, rompieron la armonía en la zona y penetraron en la zona de las montañas de Akrad, tomando el control de cinco localidades de mayoría alauí.
Los rumores sobre masacres llevaron a que unos 25.000 alauíes huyeran hacia Latakia. Al día siguiente, los rebeldes capturaron más localidades alauíes y llegaron a la zona de Aramo, de donde es originario el presidente Assad y su familia. Más tarde, esa localidad, al igual que el resto de las que habían sido capturadas, volvieron al control del gobierno sirio debido a la actuación del Ejército sirio y las milicias pro-gubernamentales armadas. El 19 de Agosto todas las localidades habían sido reconquistadas.
The Guardian entrevistó a tres oficiales que tomaron parte en la reconquista de estas áreas y que narraron las atrocidades de las que habían sido testigos cuando entraron en ellas. Uno de ellos, Hassan, señala que los jefes rebeldes emitieron órdenes para llevar a cabo los asesinatos. Hassan señaló que él pudo escuchar las comunicaciones de los terroristas: “Oí a un rebelde decir a otro: “Mata a éste, pero no a ése”. Un rebelde dijo: “¿Qué hago con las jóvenes?”. El otro dijo: “Voy a traer un camión para recogerlas”. Varias fueron secuestradas y violadas y no se ha vuelto a saber de ellas,” señaló.
“Ellos secuestraron a Sheij Badr Gazal (un líder religioso) y desnudaron a unas jóvenes y a él para humillarlos. Luego, le mataron a él. Los rebeldes grabaron las imágenes en sus móviles y nosotros las encontramos cuando les matamos durante la operación de reconquista de la zona. Estas imágenes no han sido mostradas en la televisión siria porque son demasiado terribles”.
Shadi, un oficial de 32 años, de una unidad local de defensa, señaló: “Cuando entramos en la localidad de Guta, vi la cabeza de un bebé colgando de un árbol. También estaba el cuerpo de una mujer que había sido abierto en canal, desde la cabeza a los pies, y cada mitad colgaba de un árbol distinto. Me hizo sentir que quería hacer una locura”, recordó.
Ali, un miembro del Ejército regular también vio la cabeza del bebé. “Encontramos dos fosas comunes con 140 cuerpos. Ellos no habían recibido un disparo, sino que habían sido todos degollados. Además 105 personas de diferentes edades fueron secuestradas. Es realmente horrible lo que ocurrió. Nadie ha vuelto a estas localidades porque todo ha sido destruido y muchas casas fueron incendiadas. Toda la área está arrasada. Los salafistas extranjeros están detrás del ataque”.
The Guardian ha obtenido listas de activistas locales con los nombres de las víctimas de Hambushiya, Baluta y otras cinco localidades. Ellas incluyen a 139 personas que están desaparecidas y 60 secuestradas. La vasta mayoría de ellas son mujeres, niños y ancianos, ya que los hombres estaban casi todos movilizados y formaban parte de las fuerzas de defensa que operan en la región.