28-11-2024 06:54 AM Tiempo de Jerusalén

Los inspectores químicos temen a los rebeldes en Siria

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La tarea de los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas encargados de supervisar y censar los sitios químicos de Siria parece ser menos sencilla de lo previsto.

La tarea de los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas encargados de supervisar y censar los sitios químicos de Siria parece ser menos sencilla de lo previsto. Y las dificultades provienen sobre todo del lado de los rebeldes que se ven incapaces de asegurar la seguridad de los inspectores en medio del crecimiento de la fuerza de los grupos extremistas.

En este contexto, el periódico ruso Nezavissimaya Gazeta indica que el principal problema al que se enfrentan los inspectores internacionales sobre el terreno es la seguridad, puesto que jamás los arsenales de productos tóxicos de un país habían sido destruidos en tiempo de guerra.

De los cientos de grupúsculos de combatientes rebeldes, sólo el Ejército Sirio Libre ha prometido no disparar sobre los inspectores de la ONU. Sin embargo, el ESL no es más que una sombra de lo que era hace unas semanas. Este grupo ha sido perseguido en numerosas regiones del país por los grupos próximos a Al Qaida, especialmente el Estado Islámico en Iraq y Siria (EIIS) y el Frente al Nusra.

El grupo de inspectores está compuesto de 33 personas originarias de 20 países. Ellos llegaron a Siria el 1 de octubre. Entre ellos 19 son inspectores químicos y los otros 14 son funcionarios de la ONU.

Ellos mantuvieron entrevistas con el Ministerio de Exteriores sirio para coordinar sus visitas a los sitios y trabajan en la actualidad en la creación de una base logística. Finalmente, el 7 de octubre se iniciará la inspección de los sitios de almacenaje y producción de los productos químicos. Los inspectores se repartirán en grupos que supervisarán cada sitio en concreto.

Se espera que los arsenales de las armas químicas sean destruidos en el primer semestre de 2014. Sin embargo, el canadiense Scott Cairns, uno de los inspectores llegados a Damasco, ha declarado que será extremadamente difícil hacer esto en el plazo de un año. “Esta tarea es ya muy ambiciosa en un ambiente ideal o en un país en paz. Realizar tal hecho en varios meses o en un año en un país en guerra está al límite de lo imposible”, afirmó.

Por su parte, el ministro sirio de Exteriores, Walid Muallim, declaró que “los terroristas que reciben productos químicos de parte de los países regionales y occidentales son bien conocidos para nosotros”.El presidente sirio, Bashar al Assad, ha señalado que los inspectores de la OPAQ pueden moverse sin problemas por los territorios controlados por el gobierno. Sin embargo, es evidente que los rebeldes buscarán impedir su trabajo e incluso podrían idear alguna provocación para intentar culpar al gobierno sirio.