El ministro de Defensa de Turquía, un país de la OTAN, ha defendido la opción de su país de adquirir 12 sistemas de defensa aérea FD-2000 a China para reforzar a su Ejército.
El ministro de Defensa de Turquía, un país de la OTAN, ha defendido la opción de su país de adquirir 12 sistemas de defensa aérea FD-2000 a China para reforzar a su Ejército, una decisión que ha irritado a su aliado estadounidense.
“Los chinos nos han dado el mejor precio”, precisó Ismet Yilmaz al periódico Vatan, justificando así la decisión de su gobierno de optar por la compañía china, que ha aceptado producir conjuntamente estas armas junto con Turquía y realizar una transferencia de tecnología a ese país.
La pasada semana las autoridades turcas anunciaron la apertura de negociaciones con la Corporación China de Importación y Exportación de Maquinaria de Precisión (CPMIEC). El contrato alcanzará los 3.000 millones de dólares.
“Nosotros habíamos pedido una producción conjunta y una transferencia de tecnología. Si las otras partes no pueden garantizarnos eso, nos volveremos hacia los países que pueden hacerlo,” indicó el ministro turco.
Las empresas que han quedado excluidas del contrato han sido la estadounidense Lockheed Martin-Raytheon y la europea Eurosam.
Para hacer las cosas peor para EEUU, la empresa china ha sido objeto de sanciones por haber entregado armas a Irán y Siria, que sufren un embargo occidental.
El Pentágono está preocupado también por el hecho de que las armas chinas creen un problema de compatibilidad entre los sistemas de armas y radares utilizados por los aliados.
El FD-2000 es una versión de exportación del misil Hong Qi-9, que es presentado como una versión mejorada del sistema ruso S-300. El sistema puede destruir misiles de crucero, misiles aire-tierra y aviones así como misiles balísticos.
Con esta adquisición de armas Turquía quiere aparecer como un factor independiente frente a EEUU y otros miembros de la OTAN. La decisión de Erdogan implica que no desea confiar en EEUU o la OTAN en lo que se refiere a la defensa antiaérea o la defensa del país en general.
La opción de Erdogan puede ser también el resultado de la irritación turca ante la deriva que ha tomado el conflicto sirio, donde las fuerzas de la oposición, apoyadas por Ankara, no tienen en la actualidad oportunidades de lograr una victoria militar a pesar del dinero invertido por Turquía en ellos.
La aprobación de una resolución de la ONU para la destrucción del arsenal químico en Siria ha sido vista con consternación por los países que patrocinan el terrorismo en Siria, como Turquía y Arabia Saudí.