Una mayoría del pueblo estadounidense cree que el país necesita un tercer gran partido político porque los partidos demócrata y republicano han hecho un mal trabajo al representar al pueblo norteamericano, señala un
Una mayoría del pueblo estadounidense cree que el país necesita un tercer gran partido político porque los partidos demócrata y republicano han hecho un mal trabajo al representar al pueblo norteamericano, señala una encuesta de Gallup.
La encuesta muestra que el 60% de los norteamericanos han expresado su insatisfacción por la forma en que el país está siendo gobernado por los dos partidos. Éste es el mayor porcentaje registrado por Gallup en los 10 años en que esta cuestión ha sido planteada.
Sólo el 26% de los encuestados cree que los dos grandes partidos representan adecuadamente a los estadounidenses, la menor proporción también registrada por Gallup.
Desde que comenzó el cierre del gobierno este mes, la opinión sobre los dos partidos se ha hecho más negativa, señala Gallup. Sin embargo, “una mayoría de los estadounidenses favorecen la aparición de un tercer gran partido para responder a los desafíos que enfrenta el país”, añadió.
Los votantes republicanos (un 52%) y los demócratas (un 49%) tienen una percepción similar de que un tercer partido es necesario. De hecho, ésta es la primera vez que una mayoría de seguidores de los dos partidos se muestran a favor de un tercer partido.
El 71% de los independientes -aquellos que no profesan una lealtad especial a ningún partido- también afirma que EEUU necesita un tercer partido.
El actual cierre del gobierno comenzó el 1 de Octubre y fue consecuencia del fracaso del Congreso en aprobar un presupuesto que financie las operaciones del gobierno federal.
Entretanto, EEUU hace frente a la amenaza de una suspensión de pagos, lo que ha incrementado la preocupación entre los líderes internacionales y los mercados financieros de todo el mundo.
El Fondo Monetario Internacional advirtió el jueves que el fracaso de EEUU en resolver el problema de su deuda amenaza la seguridad de las inversiones extranjeras en EEUU y podría empeorar la inestabilidad financiera.