Más de 50 combatientes han muerto desde el jueves en combates entre radicales y rebeldes en la metrópoli de Alepo, lo cual ilustra, una vez más, las rivalidades entre los grupos que luchan contra el gobierno sirio.
Más de 50 combatientes han muerto desde el jueves en combates entre radicales y rebeldes en la metrópoli de Alepo, lo cual ilustra, una vez más, las rivalidades entre los grupos que luchan contra el gobierno sirio.
Los combates oponen al así llamado Estado Islámico en Iraq y Siria (EIIS), afiliado a Al Qaida y formado en su mayoría por extremistas extranjeros, a un batallón del Ejército Sirio Libre (ESL), apoyado por países árabes y occidentales.
“Al menos 30 combatientes de la Brigada Saraya al Ababil, ligada al ESL, y 14 del EIIS han muerto en los combates y este balance podría crecer,” señaló AFP el domingo.
Los enfrentamientos estallaron en Inzarat, Bustane al Basha y Massaken Hanano, tres sectores situados al norte y este de la ciudad en poder de los grupos armados.
Tras estos combates, el EIIS ha logrado tomar el control de los sitios de manos de la Brigada Saraya al Abadil e instalado sus propios puntos de control en los tres sectores.
El grupo vinculado a Al Qaida ha reforzado, así, su presencia en la metrópoli, dividida desde el verano de 2012 entre los barrios bajo el control del gobierno, situados al oeste, y los dominados por la oposición y situados al este.
En los últimos meses, los combates y arreglos de cuentas entre los grupos terroristas se han multiplicado, incluso aunque todos ellos son enemigos del gobierno sirio.
En las últimas semanas, fuentes del ESL y la oposición han acusado al EIIS de “haber robado la revolución”.
El EIIS ha conquistado también diverso terreno en poder del ESL en el norte de Siria y se perfila como el grupo más poderoso dentro del conjunto de la rebelión.