Arabia Saudí ha rechazado ocupar un asiento rotatorio no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU como protesta por la incapacidad del Consejo de tratar los conflictos internacionales.
Arabia Saudí, un promotor de la intervención militar extranjera contra el gobierno de Siria, ha rechazado ocupar un asiento rotatorio no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU como protesta por “la incapacidad del Consejo de tratar los conflictos internacionales”.
Al reino wahabí le correspondía el jueves un lugar entre los miembros no permanentes del alto organismo internacional, junto con Chad, Chile, Lituania y Nigeria.
Sin embargo, un día después de esta elección, Arabia Saudí rechazó ocupar el asiento. “El reino ve que el método, el mecanismo de trabajo y el doble rasero en el Consejo de Seguridad de la ONU le impiden abordar correctamente sus responsabilidades hacia la paz mundial”, dijo el Ministerio de Exteriores saudí en una declaración.
Riad mencionó el conflicto sirio y el conflicto palestino-israelí como ejemplos de fracasos del Consejo de Seguridad en lo que respecta a asegurar la paz mundial.
Esta decisión saudí se produce pocas semanas después de que el Consejo aprobara por unanimidad una resolución que suponía un apoyo al acuerdo ruso-estadounidense sobre las armas químicas sirias, al que se opusieron Arabia Saudí y la oposición siria porque tal acuerdo impidió el desencadenamiento de ataques estadounidenses contra Siria.
Arabia Saudí es el principal patrocinador de las fuerzas rebeldes que intentan derrocar al presidente sirio, Bashar el Assad, y proporciona armas y financiación a los terroristas en Siria así como en Iraq.
Hace pocas fechas, el ministro de Exteriores saudí, Saúd al Faisal, se negó a pronunciar un discurso ante la Asamblea General de la ONU por su rechazo a la solución diplomática sobre la crisis de las armas químicas en Siria.
Informe saudí “ficticio” al Comité de Derechos Humanos de la ONU
Arabia Saudí ha presentado al Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra un “informe ficticio” sobre la situación de los derechos humanos en ese país. El Consejo examinará el 21 de Octubre el dossier sobre la situación de los derechos humanos en el reino wahabí.
Con el fin de mantener su presencia en el Consejo de Derechos Humanos, Arabia Saudí pretende que la situación de los derechos humanos en el país ha progresado desde 2009.
Un activista de los derechos humanos saudí calificó, sin embargo, este informe de “ficticio” a Al Manar y afirmó que la ley saudí viola de forma sistemática los derechos humanos de las mujeres, los trabajadores y las minorías religiosas.
Las fuerzas de seguridad del régimen de los Al Saúd han matado y herido a decenas de manifestantes en las regiones del Este del país y han arrestado a activistas pro-derechos humanos, añadió.
Él siguió diciendo que “todos estos actos no han sido citados en este informe ni en ningún otro”. En una parte de este informe se llega a decir que: “Arabia Saudí reconoce la libertad de culto”.
Sin embargo, el mufti saudí recientemente emitió una fatua ordenando la destrucción de las iglesias en la Península Arábiga. Los shiíes, un 15% de la población del país, sufre también una amplia discriminación.
Asimismo, un órgano estatal saudí reafirmó hace pocas fechas la prohibición de que las mujeres conduzcan vehículos en el reino.