El enviado especial de la ONU para Siria, Lajdar Brahimi, dijo en la capital egipcia, El Cairo, el domingo que la presencia de una oposición creíble es necesaria para celebrar la conferencia de Ginebra-2.
Las disputas en el seno de los grupos de oposición sirios, respaldados por el extranjero, arroja dudas sobre la celebración de la Conferencia de Ginebra-2 para la búsqueda de una salida negociada a la crisis en el país árabe.
El enviado especial de la ONU para Siria, Lajdar Brahimi, dijo en la capital egipcia, El Cairo, el domingo que la presencia de una oposición “creíble” es necesaria para celebrar la conferencia de Ginebra-2.
Brahimi hizo estas declaraciones tras un encuentro con el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi.
Él se negó también a dar una fecha para la conferencia diciendo que ésta “aún no ha sido oficialmente fijada”.
Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe afirmó que existen todavía obstáculos para la celebración del encuentro.
El martes, gobiernos occidentales y de países árabes se reunirán en Londres para tratar de convencer a los opositores para que acudan a la conferencia.
La así llamada Coalición Nacional Siria (CNS) tiene previsto reunirse los días 1 y 2 de noviembre en Estambul para decidir si participa o no en la conferencia.
Por su parte, uno de los principales miembros de la Coalición, el Consejo Nacional Sirio, ha rechazado tomar parte en la conferencia y ha amenazado con salirse de la Coalición si ésta acude.
Por otro lado, más de 70 grupos armados rechazaron la pasada semana a la Coalición y dijeron que ésta no les representa. Este rechazo se suma a otro anterior de 13 grupos que anunciaron la creación de una “coalición islamista”.
La conferencia es vista como una oportunidad para lograr una solución política en Siria.
El gobierno sirio ha dicho que participará en las conversaciones, pero que no negociará con los grupos terroristas.