El periódico británico Financial Times ha subrayado que “Arabia Saudí ha expresado su cólera por ciertas decisiones políticas de una manera sin precedentes”.

El periódico británico Financial Times ha subrayado que “Arabia Saudí ha expresado su cólera por ciertas decisiones políticas de una manera sin precedentes”, añadiendo que el gobierno de ese país se negó a aceptar la invitación para ocupar un escaño como miembro no permanente del Consejo de Seguridad a pesar de que en los dos años anteriores había trabajado duro para intentar lograrlo.

En un artículo titulado “La cólera política de Arabia no afectará a las Naciones Unidas”, FT escribió que “las Naciones Unidas no se verán afectadas por esta posición de Arabia Saudí, aunque esta última pensó que su decisión de rechazar el escaño causaría un impacto en la ONU”. El periódico señala, en este sentido, que “el gran perdedor en este juego es la propia Arabia Saudí”.

El diario dijo que “Arabia Saudí ha utilizado como excusa para negarse a convertirse en miembro no permanente la incapacidad de la ONU para resolver el conflicto árabe- israelí, que ha durado 65 años”, pero sobre todo la situación en Siria, donde Riad apoya a la oposición armada.

Sin embargo, “de hecho, el ser un miembro permanente del Consejo de Seguridad podría ser incómodo para un país como Arabia Saudí, que prefiere trabajar detrás del telón y concluir acuerdos secretos que trabajar en el marco de una diplomacia general”, señala FT, que concluye reafirmando que el rechazo saudí es, de todos modos, irrelevante para la ONU.

Fracasos saudíes

Por otro lado, la publicación nashra.com señala que la política saudí se ha saldado con fracasos en todos los frentes. Por un lado, ha intentado fomentar las tensiones en el Líbano, en un momento en que existe un consenso internacional para impedir que este país sufra una desestabilización.

En el escenario sirio, pese a las ayudas saudíes a los grupos terroristas, el Ejército sirio progresa en todos los frentes. En este contexto, fuentes bien informadas han señalado que los saudíes han propuesto ecuaciones que no son susceptibles de ser puestas en práctica.

Ellos han tratado de centralizar exclusivamente la ayuda militar a los militantes sirios en el así llamado Ejército Sirio Libre a través del jefe de su estado mayor, Salim Idriss, utilizando para ello especialmente la frontera jordano-siria, desde donde se produce un tránsito de armas y rebeldes hacia la región de Deraa. Efectivamente, una asistencia militar sustancial fue suministrada a los grupos rebeldes en esta región, pero esto no pudo frenar la progresión del Ejército sirio.

En el plano libanés y después de haber apoyado la designación de Tammam Salam para el puesto de primer ministro, los saudíes han intentado impedir la participación de Hezbolá en el nuevo gobierno, utilizando para ello a sus protegidos del 14 de Marzo, incluyendo a Saad Hariri.

Sin embargo, EEUU y Europa han señalado que no tienen inconveniente en la participación de Hezbolá en el próximo gobierno libanés. Esto ha llevado a Walid Yumblatt, líder del Partido Socialista Progresista, a apoyar una nueva fórmula de gobierno de unidad nacional 9-9-6, que incluye a Hezbolá y concede el tercio de veto de las decisiones del futuro gobierno a la coalición de 8 de Marzo, en la que Hezbolá está integrado.