24-11-2024 07:59 AM Tiempo de Jerusalén

Bandar intenta chantajear a EEUU sobre Siria

Bandar intenta chantajear a EEUU sobre Siria

Bandar bin Sultan dijo a un diplomático europeo que él planea reducir la cooperación con EEUU en lo que se refiere a armar y entrenar a los rebeldes sirios en protesta por la política de Washington en la región.

El jefe de la inteligencia saudí, Bandar bin Sultan, dijo a un diplomático europeo este fin de semana que él planea reducir la cooperación con EEUU en lo que se refiere a armar y entrenar a los rebeldes sirios en protesta por la política de Washington en la región, dijo un participante en el encuentro al Wall Street Journal. Esta declaración ha sido vista, sin embargo, como un intento de Bandar de chantajear a EEUU para que incremente su apoyo a los terroristas sirios y muestra que Arabia Saudí apuesta por una victoria militar de sus protegidos en Siria, pese a que ningún analista militar ve tal hecho como factible.

Por supuesto, en esta demanda saudí subyace un profundo desprecio hacia el pueblo sirio no sólo porque su opinión no cuenta en el tema de la elección de su propio gobierno, en opinión de los saudíes, sino por el intento de establecer en el país un régimen extremista que la mayoría de sirios rechaza. Esto procede además del representante de un estado conocido por su utilización del terrorismo, como arma frente a otros países, y por disponer de uno de los sistemas dictatoriales peores y más retrógrados del mundo, donde no existe una constitución ni un parlamento y donde la fortuna de la familia real no está separada del presupuesto estatal. La situación de los derechos de la mujer es pésima en este país, donde ellas ni siquiera pueden conducir legalmente.

Las acciones de Bandar pueden incrementar, sin embargo, las tensiones entre EEUU, país con el que Arabia Saudí mantiene importantes discrepancias en temas como Siria, Irán y Egipto. Esto sigue a la decisión sorpresa, adoptada el viernes por Arabia Saudí, de renunciar a un escaño no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, citando la supuesta ineficacia del Consejo a la hora de resolver temas como el palestino-israelí o el sirio.

Bandar está a cargo de los esfuerzos del reino para financiar, entrenar y armar a los grupos terroristas que actúan en Siria. Él invitó a un diplomático europeo a la ciudad saudí de Yeddah el pasado fin de semana para expresar la frustración con la Administración Obama y sus políticas regionales, incluyendo la decisión estadounidense de no bombardear Siria el pasado mes de septiembre.

“El rechazo de Arabia Saudí a obtener un escaño de la ONU fue un mensaje para EEUU y no para la ONU”, dijo Bandar al diplomático, refiriéndose a la decisión de Arabia Saudí de no aceptar el escaño en el Consejo de Seguridad.

Las decisiones principales en el reino corresponden al rey Abdulá bin Abdul Aziz al Saúd, y no es sabido si las declaraciones del príncipe Bandar reflejan la decisión del monarca o constituyen un esfuerzo particular de Bandar de influir en el rey.

Las declaraciones de Bandar se referían probablemente a un acuerdo con la CIA y otros servicios occidentales para ayudar a entrenar, armas y financiar a los terroristas sirios a luchar contra Assad. Según las amenazas de Bandar, Arabia Saudí podría escoger trabajar con otros aliados, principalmente Jordania y Francia, en ese esfuerzo.

Los responsables estadounidenses han interpretado el mensaje de Bandar al diplomático occidental como una expresión de descontento dirigida a chantajear a EEUU para que adopte otra dirección en el tema sirio. “Obviamente, él quiere que hagamos más”, dijo un alto responsable estadounidense.

Frustración saudí

El régimen saudí se mostró particularmente frustrado por la decisión de EEUU de abandonar sus planes de bombardear Siria y más recientemente por las señales de apertura entre Obama y el nuevo presidente iraní, Hassan Rohani. Los saudíes han reaccionado también con irritación frente a la cauta postura adoptada por la Administración estadounidense hacia el golpe de estado de Egipto.

Diplomáticos y responsables familiarizados con los hechos han destacado otros episodios que han contribuido a dañar la relación entre EEUU y Arabia Saudí.

Durante los días previos a los esperados ataques estadounidenses contra Siria, los líderes saudíes pidieron a EEUU que situara navíos de guerra para proteger los centros de producción de petróleo saudíes en la Provincia del Este durante una posible acción militar estadounidense contra Siria. Los saudíes mostraron su sorpresa cuando los norteamericanos les dijeron que los buques de EEUU no podrían proteger la región.

Decepcionados, los saudíes dijeron a EEUU que ellos podrían recurrir a alternativas para conseguir armas a buenos precios de otras fuentes.

Arabia Saudí quería bombardear Siria

En el segundo episodio, un diplomático occidental señaló que Arabia Saudí estaba dispuesta a actuar como participante en los ataques estadounidenses contra Siria. Con tal fin, el gobierno saudí pidió que le fuera entregada una lista de objetivos militares, pero nunca recibió tal información de EEUU, señaló el diplomático.

Sin embargo, tales diferencias no significan que la alianza saudí-estadounidense se haya visto afectada. Una alta responsable de defensa estadounidense ha señalado que EEUU continúa “plenamente comprometido con la cooperación en materia de seguridad” con Arabia Saudí y que trabaja con el reino para planear distintas contingencias.

“EEUU y el Reino de Arabia Saudí mantienen una larga asociación y se consultan estrechamente en temas de mutuo interés,” señaló la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Bernadette Meehan. en declaraciones recogidas por el Wall Street Journal.

Pese a todo, la mayoría de analistas consideran que los intereses de los países occidentales y los de Arabia Saudí en Siria son radicalmente distintos, ya que los primeros no están interesados en la implantación de un régimen extremista en Siria ni en la extensión de la influencia regional de Arabia Saudí, un país conocido por su apoyo al terrorismo y a grupos extremistas wahabíes en varios países de Oriente Medio, incluyendo en Siria e Iraq.