Egipto perderá la ayuda norteamericana anual que recibe, y que está estimada en unos 1.500 millones de dólares anuales, si opta por reforzar sus vínculos con Irán y apoyar la unidad palestina.
El periódico británico The Guardian ha estimado que Egipto perderá la ayuda norteamericana anual que recibe, y que está estimada en unos 1.500 millones de dólares anuales, si opta por reforzar sus vínculos con Irán y apoyar la unidad palestina.
El periódico percibe que los esfuerzos egipcios van en ese sentido y que el país busca reorganizar su agenda política y optar por una postura de mayor independencia, lo que va a comprometer los intereses de EEUU en la región.
The Guardian cita, entre otras cosas, la acción diplomática del ex ministro de Relaciones Exteriores, Nabil al Arabi, por mejorar las relaciones con Irán y reducir la tensión que reinó en el pasado en las relaciones entre ambos países, y en favor de la unidad palestina. El periódico estima que tales acciones egipcias constituyen un esfuerzo para alejarse de las políticas de EEUU.
El periódico constata que Al Arabi disfruta de una popularidad importante en Egipto, dado que es el único hombre que no posee una foto de ningún presidente o rey en su despacho y estima que sus iniciativas diplomáticas podrían conducir a Egipto hacia un futuro de una “gran peligrosidad” (para EEUU, se entiende), dado que el pueblo egipcio se niega a aceptar el acuerdo de paz con Israel y considera que éste no otorga seguridad a los palestinos.
A este respecto, el periódico incluye las cifras de un sondeo efectuado, según el cual el 54% del pueblo egipcio desearía ver anulado el tratado de paz con Israel, concluido por el ex presidente Anuar Sadat en 1979.
“A pesar del compromiso del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas egipcias para respetar el tratado, las manifestaciones importantes que han tenido lugar frente a la Embajada de Israel y la que fue organizada para conmemorar el Día de la Nakba la pasada semana muestran la sensibilidad del pueblo egipcio con respecto a este asunto, lo que guarda relación con los cambios políticos que han tenido lugar en el país desde la revolución,” señaló.
Sin embargo, el periódico británico ofrece otra explicación de estas decisiones de Egipto, expresada por ciertos diplomáticos: el deseo de renegociar sus fronteras con Israel y la presencia de sus fuerzas en el Sinaí.
“Egipto tiene siempre los mismos objetivos: una paz global en la región. La Hoja de Ruta de la acción diplomática egipcia podría ser objeto de un cambio, pero ella no será invertida,” señala Nabil Fahmi, antiguo embajador de Egpto en Washington y partidario del régimen derrocado.