Fuentes de Trípoli aseguran que Arabia Saudí no quiere que los combates en esta ciudad libanesa cesen, lo cual es una prueba de que el reino continúa ejerciendo un chantaje sobre los sirios y sobre Hezbolá.
Fuentes de Trípoli aseguran que Arabia Saudí no quiere que los combates en esta ciudad libanesa cesen, lo cual es una prueba de que el reino continúa ejerciendo un chantaje sobre los sirios y sobre Hezbolá.
Sin embargo, “los sirios se preocupan poco de la continuación de la batalla. Damasco no vería con malos ojos que se realice la profecía del sheij salafista Salim Rafai, según la cual yihadistas del mundo entero, incluyendo algunos del Estado Islámico de Iraq y Siria (EIIS) y el Frente al Nusra, podrían ir a Trípoli a combatir, añaden las mismas fuentes.
El domingo, el sheij salafista Salim Rafai amenazó con pedir a Al Qaida que envíe refuerzos a los grupos takfiris de Trípoli para atacar el barrio de Yabal Mohsen, habitado por alauíes.
En una entrevista con el periódico An Nahar, él declaró que “si el ataque llevado a cabo por el Partido Árabe Democrático (formado principalmente por alauíes) contra la ciudad de Trípoli continúa, quedará abierta la vía para que todos los yihadistas del mundo, incluyendo del EIIS y del Frente al Nusra, acudan a defender Trípoli”, amenazó.
Varias horas más tarde, un vídeo que circulaba por Internet con el título de “Los héroes de Bab el Tabbané (en Trípoli) juran obediencia a Abu Omar al Bagdadi” mostró a dos encapuchados jurando lealtad al líder del EIIS. Los dos militantes no desvelaron a qué grupo están afiliados.
Trípoli ha sufrido en esta semana combates protagonizados por unas milicias que siembran la muerte y la desolación. Las armas pesadas y francotiradores han hecho aparición en la ciudad. El balance provisional asciende a 13 muertos y más de 80 heridos, en su mayor parte civiles.
El pasado domingo, el Ejército se desplegó en el barrio de Yabal Mohsen en el marco de un plan de seguridad reforzado. Según la Agencia Nacional de Información (ANI), un despliegue similar debería tener lugar en el barrio de Bab el Tebbané así como en otros sectores.
Tras la llegada de los soldados, la intensidad de los combates ha disminuido, lo que no ha impedido la continuación del lanzamiento de granadas de mortero y disparos esporádicos de francotiradores en la ciudad.
