Israel ha rechazado una propuesta estadounidense para resolver el tema de las fronteras marítimas con el Líbano.
Israel ha rechazado una propuesta estadounidense para resolver el tema de las fronteras marítimas con el Líbano, especialmente la zona económica identificada con el nombre de Bloque 9, perteneciente al Líbano, pero de la que Israel se quiere apropiar.
En su edición del miércoles el periódico económico israelí Globes se hace eco del rechazo israelí señalando que éste tendrá repercusiones negativas sobre la región e impedirá al Líbano explotar el Bloque 9.
Se trata de una verdadera estrategia de sabotaje.
El periódico no reveló los detalles de la propuesta estadounidense y no obtuvo ninguna explicación del Ministerio de Exteriores israelí.
Según los expertos, esta postura israelí podría constituir un peligro para Israel dada la presencia de Hezbolá en la región, lo que explica el interés de EEUU por arreglar el contencioso entre los dos estados.
El Líbano e Israel se disputan una zona de unos 854 kilómetros cuadrados, incluyendo reservas estimadas en miles de millones de dólares. El pasado mes de febrero, Beicip Franlab, una compañía francesa, publicó un informe que estimaba las reservas potenciales del Líbano en 440.675 millones de barriles de petróleo y 15.000 millones de pies cúbicos de gas.
Israel busca los mercados europeos
Paralelamente a este rechazo, Israel continúa su curso hacia los mercados europeos al dar los últimos retoques a un acuerdo para el transporte de su gas hacia los mercados europeos a través de Chipre.
Este acuerdo ha sido supervisado y patrocinado por EEUU en la persona del vicepresidente Joe Biden. Los estadounidenses quieren que Chipre juegue un papel central en el transporte hacia Europa de las riquezas de la cuenca oriental del Mediterráneo, que es a lo que ahora aspira la parte israelí.
Se espera que Israel y Chipre firmen en los próximos meses un acuerdo para que el gas israelí sea licuado en una instalación del sur de ese último país.
Esta instalación evitará a Israel el costo de construir gaseoductos lejos de la costa por razones de seguridad.
Israel desea utilizar a Chipre y a Grecia como socios para que ambos promuevan el “gas israelí” y reducir, de este modo, la competencia de otros países, especialmente el Líbano, en este campo.