El Parlamento de Pakistán ha anunciado que revisará las relaciones con EEUU tras el último ataque de un drone estadounidense.
Las dos cámaras de parlamento pakistaní revisarán hoy las relaciones con EEUU y las implicaciones de su último ataque con aviones teledirigidos, considerado un atentado a las planeadas conversaciones con los talibanes.
Las opiniones dentro del legislativo y del gobierno difieren respecto a las consecuencias que en ese sentido podría tener el ataque que el viernes ejecutó un aparato no tripulado en Waziristán del Norte, y la muerte del jefe del Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), Hakimullah Mehsud.
La mayoría considera que esos hechos dieron una estocada mortal a las negociaciones con la insurgencia, y se inclina por castigar de alguna forma la impunidad con que EEUU mantiene el programa drones en el país pese a las reiteradas exigencias de que le ponga fin.
Altos funcionarios del gobierno consideran que una de las respuestas podría ser el corte de las líneas de suministro a las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte que ocupan Afganistán, lo que complicaría en extremo su planificado retiro de ese país hacia fines del próximo año.
La incursión área del viernes se produjo un día antes de que una delegación de clérigos entregara a los talibanes una invitación formal al diálogo, y bajo conocimiento de la embajada estadounidense en Islamabad sobre las consecuencias que comportaría un hecho de aquella naturaleza.
Mientras, el TTP advirtió que el gobierno podía olvidarse de las negociaciones de paz, lo responsabilizó con la muerte de Mehsud y amenazó con tomar una venganza sin precedentes.
Rigurosas medidas de seguridad han sido activadas en todo el país, pero sobre todo en las provincias limítrofes con Pakistán, principales escenarios de los ataques de los talibanes.