En octubre, los medios estatales chinos hicieron mención, por vez primera, de la aparición de un nuevo misil balístico de corto alcance DF-15C.

En octubre, los medios estatales chinos hicieron mención, por vez primera, de la aparición de un nuevo misil balístico de corto alcance DF-15C. Las primeras fotos del misil datan de 2006, pero hoy en día estas armas están ya a disposición del Ejército chino. Estos misiles son mucho más precisos que los anteriores DF-15. DF-15A y DF-15B.

El misil DF-15C es fabricado por la Corporación de la Academia de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, situada en Xian (centro de China). A diferencia de los misiles anteriores no dispone de una sino de dos fases. Los modelos anteriores estaban diseñados para atacar grandes objetivos de infraestructuras civiles y ciudades. Sin embargo, el nuevo modelo permite atacar objetivos militares protegidos.

China podría emplear misiles balísticos de alta precisión de corto y medio alcance contra un enemigo potencial cuyas fuerzas aéreas sean más numerosas. Estos misiles pueden lanzar ataques eficaces contra la retaguardia de tal enemigo, incluyendo sus bases aéreas, con lo cual podría influir sobre la batalla en el aire.

Según los medios chinos, el misil DF-15C no sustituirá al DF-15B sino que se convertirá en un suplemento. Su radio de acción es menor que el de este último (600 kms frente a 900) pero su capacidad es mucho mayor para atacar blancos protegidos, como depósitos, centros de mando subterráneos o hangares para aviones reforzados, que son utilizados por muchos países.

China dispone también en su arsenal de misiles DF-16, más potentes y con un radio de acción que alcanza los 1.000 kms. Cabe señalar que China no está afectada por los tratados que limitan los tipos y cantidad de tales armas, como sucede con Rusia y EEUU, que tienen prohibido fabricar misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 kms. El misil ruso táctico Iskander tiene un alcance inferior a 500 kms.

Los DF-15 representan la principal fuerza de ataque de los 1.800 misiles que apuntan hacia Taiwán, la isla china rebelde que no reconoce la soberanía de Pekín.

Es importante señalar que el bajo precio de coste y la posibilidad de producir en masa este misil arrojan dudas sobre la efectividad de los sistemas de defensa antimisil, como el Patriot PAC3, que están instalados en algunos países de la región. Estos sistemas no serían capaces de reaccionar en caso de ataques masivos de misiles tácticos chinos.