Los egipcios regresaron el viernes a la Plaza de Tahrir en una nueva jornada de cólera a fin de protestar contra la lentitud de los cambios prometidos por el Ejército, en el poder desde la caída del presidente Mubara
Los egipcios regresaron el viernes a la Plaza de Tahrir en una nueva “jornada de cólera” a fin de protestar contra la lentitud de los cambios prometidos por el Ejército, en el poder desde la caída del presidente Hosni Mubarak en febrero.
Decenas de miles de personas se reunieron en un ambiente festivo en la Plaza de Tahrir, en el centro de El Cairo, para reclamar “el fin de la corrupción política” y una nueva Constitución “ahora, no más tarde”.
Varios miles más se reunieron en Alejandría, Islamiliya y Suez, así como en el Sinaí.
En Sharm al Sheij, en el Mar Rojo, varios centenares de personas desfilaron ante el hospital donde M. Mubarak se encuentra desde mediados de abril para pedir su transferencia a prisión, según un corresponsal de AFP.
Las convocatorias fueron lanzadas principalmente por movimientos de jóvenes activos en Internet, que contribuyeron de manera decisiva al levantamiento contra el régimen en enero o febrero. Ellos convocaron el viernes una nueva “jornada de la cólera” en referencia a una de las grandes manifestaciones anti-Mubarak que tuvo lugar el 28 de enero.
El presidente derrocado y sus dos hijos, Alaa y Gamal, deberán ser juzgados en una fecha todavía por determinar. El ex presidente ha sido colocado en una situación de arresto provisional en el hospital a la espera de que su salud le permita su transferencia a prisión.
Los manifestantes reclamaron el rápido retorno a un poder civil, el procesamiento de los responsables del antiguo régimen acusados de corrupción y actos violentos y la depuración de otros situados todavía en numerosos sectores de la Administración.
“El estado de derecho es lo más importante y necesitamos una nueva constitución antes de las elecciones. Las enmiendas no son suficientes,” dijo Randa Gohar, de 33 años, una empleada a domicilio, haciendo alusión a la revisión de la Constitución en vigor.
“Yo quiero un Consejo Presidencial. El Consejo Militar no hace nada,” dijo, por su parte, Muhannad Galal, de 27 años.
La ausencia de los islamistas en Tahrir era notable y algunos manifestantes dijeron sentirse “traicionados” por la decisión de los Hermanos Musulmanes de no participar en las manifestaciones del viernes. “¿Dónde están los Hermanos? Tahrir está allí”, dijeron los manifestantes.
“Durante la revolución, estábamos todos juntos aquí, la izquierda, los liberales, los islamistas y los laicos. Sin embargo, ahora que los Hermanos han sido reconocidos (por el Estado), ellos ya no participan en las manifestaciones,” dijo Dina Ahmed, una manifestante.
Los Hermanos, que han lanzado recientemente su partido, han afirmado estar “muy preocupados” por la manifestación, manifestando su temor a que se traduzca en divisiones entre el pueblo y el Ejército que sean perjudiciales para el éxito de la transición.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, en el poder, está dirigido por el mariscal Hussein Tantawi, el actual jefe de Estado, que fuera ministro de Defensa de Mubarak durante 20 años.
El Ejército indicó que se mantendría alejado de las manifestaciones para evitar toda violencia. En un comunicado, puso además en guardia contra “los elementos sospechosos que buscan oponer el Ejército al pueblo”.
Sin embargo, numerosos militantes han interpretado el comunicado como una señal de que el Ejército estará ausente en caso de confrontación entre los manifestantes y los partidarios del antiguo régimen, a los que se acusa de estar en el origen de los recientes episodios de violencia.
Unas elecciones legislativas para reemplazar al Parlamento, actualmente disuelto, están previstas para septiembre, pero la secuencia de acontecimientos políticos -nueva Constitución, elecciones presidenciales- es todavía imprecisa.