Fuentes libanesas de alto nivel han indicado que la ciudad de Trípoli se ha transformado en un feudo de grupos armados extremistas y en una caja de resonancia regional.

Fuentes libanesas de alto nivel han indicado que la ciudad de Trípoli se ha transformado en un feudo de grupos armados extremistas y en una caja de resonancia regional a causa de las tensiones políticas y sectarias y la presencia de terroristas procedentes de Siria.

“Mientras que la región parece dirigirse hacia compromisos y acuerdos, cuyas repercusiones comienzan a aparecer en Siria, algunos quieren importar el conflicto sirio al Líbano a través de la llegada de yihadistas del país vecino”, señalaron dichas fuentes. Estos grupos quieren llevar a cabo una depuración política, e incluso religiosa, que eliminaría a los adversarios y vaciaría el Norte del Líbano de toda opinión discordante”.

La fuente prosiguió diciendo: “El objetivo es vaciar Trípoli de los partidarios de Siria y de la Resistencia y preparar el terreno para la transformación del Norte del Líbano en una base estable y punto de apoyo para los grupos extremistas. En este contexto, decenas de hombres armados extranjeros, que han huido de Siria, han entrado en el Norte del Líbano y se han integrado en las células combatientes que existen en esta región”.

El número de combatientes extranjeros aumentará probablemente y podría alcanzar los varios centenares, o incluso miles, si el Ejército sirio continúa sus operaciones militares al ritmo sostenido actual, prosiguen las fuentes. Los informes occidentales hablan de que unos 100.000 extranjeros combaten al régimen en Siria. “¿Dónde van a buscar estos hombres refugio ante la progresión del Ejército sirio? Hay cuatro posibles destinos: Turquía, Iraq, Jordania e Israel. El primero de estos países es el eslabón más débil y ha comenzado a cooperar con Damasco en la lucha contra las células terroristas. Turquía no aceptará el retorno de estos yihadistas a su suelo. Iraq ha tomado medidas a lo largo de su frontera. Sólo les queda el Norte del Líbano”.

Estas fuentes señalan que “existe un riesgo de que el Líbano se convierta en un campo de batalla. La radicalización de ciertos estados, como Arabia Saudí, que se niegan a reconocer su derrota, los empuja hacia un absurdo político. Para ellos, el Líbano es como el vientre blando de Siria y algunos libaneses están peligrosamente implicados en este juego”, prosiguen estas fuentes, que concluyen señalando: “La Resistencia se defenderá y defenderá a sus aliados exactamente como ha hecho en Siria. Pero es todo el Líbano el que pagará el precio, que será más elevado, en caso de producirse un conflicto, que el pagado durante la guerra civil de 1975”.