Apenas 24 horas de haber sido publicada su foto, el primer kamikaze que tomó parte en un atentado mortal contra la Embajada de Irán en el Líbano es ya conocido.

Apenas 24 horas de haber sido publicada su foto, el primer kamikaze que tomó parte en un atentado mortal contra la Embajada de Irán en el Líbano es ya conocido.

Se trata de un libanés originario de Sidón y un ferviente partidario del líder salafista Ahmad al Assir, en la actualidad en busca y captura de la justicia libanesa por haber provocado una ola de violencia en la ciudad que causó la muerte a varios militares libaneses.

Su identidad fue revelada gracias a su padre, Adnan Abu Daher, que lo identificó para la Inteligencia Militar libanesa, a la que dijo que la foto publicada correspondía a su hijo Muin.

Él dijo que su hijo (nacido en 1992) había combatido en las filas de los partidarios de Assir durante los acontecimientos de Abra, en Sidón, antes de dirigirse a Siria, donde luchó en uno de los grupos armados que operan en ese país.

En su último mensaje colocado en el Facebook, que data del pasado 18 de Noviembre y está titulado “El emigrado hacia Dios (os digo adiós)”, él mostraba banderas de Al Qaida.

La identidad del segundo kamikaze que estaba a bordo del vehículo que explotó no tardará en ser descubierta, según fuentes de seguridad libanesas, que consideran probable que sea también libanés.

La investigación ha mostrado que las tarjetas de identidad libanesas de ambos sospechosos fueron realizadas con profesionalidad y señalan que si ellas hubieran sido mostradas a un servicio de seguridad habría sido difícil para éste determinar que eran falsas.

Demencia saudí

Por otro lado, un responsable político libanés dijo al diario Al Safir que los atentados demostraban que “la demencia en el interior de un país árabe (en referencia a Arabia Saudí) ha tomado proporciones desmesuradas y choca con la voluntad internacional que se muestra a favor de la estabilidad del Líbano”. Él considera más que probable que los atentados fueran patrocinados por el servicio de inteligencia saudí liderado por Bandar bin Sultan.

Este político libanés subrayó la necesidad de evitar que el Líbano se convierta en escenario de otra guerra civil o en un terreno para el arreglo de cuentas entre potencias regionales. Él dijo que el doble atentado había pulverizado todas las líneas rojas y era la prueba de la confusión y el fracaso que se ha apoderado de los que patrocinaron este acto terrorista.