Si alguien creía que la prevista Conferencia de Ginebra-2 iba a suponer el fin de la guerra en Siria habrá comprobado que las perspectivas de que esto suceda son nulas.
Si alguien creía que la prevista Conferencia de Ginebra-2 iba a suponer el fin de la guerra en Siria habrá comprobado que las perspectivas de que esto suceda son nulas.
Los rebeldes del Ejército Sirio Libre, considerados como “moderados” por los países occidentales, han mostrado su negativa a participar en la conferencia y han criticado a los grupos de la oposición que tomen parte en la misma afirmando que ellos “carecen de legitimidad”.
“Las delegaciones políticas de la oposición no tienen ningún poder o influencia sobre la calle siria”, afirmó Fahed al Masri, portavoz del ESL en declaraciones recogidas por USA Today. “Dado que la calle siria no les reconoce, será imposible para ellos comprometerse a nada y mucho menos cumplir aquello a lo que se comprometan”.
Las Naciones Unidas anunciaron el lunes que la conferencia de paz Ginebra-2 tendrá lugar el 22 de enero. El anuncio se produjo un día después de que las potencias occidentales en Ginebra sellaran un acuerdo con Irán en relación al programa nuclear de este último país.
“Parte del problema con las conversaciones de paz es la cuestión de quien representa legítimamente a la oposición siria”, señala el periódico estadounidense.
La Coalición Nacional Siria, que dice representar a la oposición exterior, y que es considerada por varios países occidentales y árabes como la “legítima representante” del “pueblo sirio” sufre el rechazo de prácticamente todos los grupos armados que operan en Siria.
“La oposición no oculta sus conexiones occidentales”, dijo Sami Mubayed, historiador sirio y antiguo experto del Carnegie Middle East Center en Beirut.
Junto a la Coalición, existe el Comité Nacional de Coordinación por un Cambio Democrático, liderada por Hayzam Manna, que agrupa a grupos de la oposición interna y está considerado como el representante de la oposición moderada, que rechaza someterse a dictados extranjeros. Existen también otros grupos de la oposición interna, algunos de los cuales han participado recientemente en el gobierno de Siria.
Por su parte, la Coalición había afirmado hasta recientemente que boicotearía la Conferencia de Ginebra-2 a menos que el presidente Bashar al Assad abandonara el cargo, pero en los últimos tiempos y bajo la presión de EEUU y otros países occidentales ha aceptado tomar parte en la Conferencia.
“La Conferencia de Ginebra-2 no tendrá éxito porque los rebeldes y gran parte del ESL no están satisfechos con ella”, dijo Naif al Sari, un activista de Deraa, a USA Today.