Una legisladora republicana de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, Michele Bachmann, instó al Gobierno de su país a bombardear las instalaciones nucleares de Irán.
Una legisladora republicana de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, Michele Bachmann, instó al Gobierno de su país a bombardear las instalaciones nucleares de Irán, haciendo caso omiso al reciente acuerdo suscrito entre Teherán y el Sexteto de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
"Puede ser competencia del primer ministro de Israel (Benjamin Netanyahu) tomar una decisión de este tipo, pero las instalaciones nucleares de irán deben ser bombardeadas”, afirmó Bachmann en un discurso ofrecido este jueves ante la Organización Sionista de América.
La diputada del Partido Republicano aseveró también que el acuerdo de seis meses sellado en Ginebra entre Irán y las seis potencias mundiales -Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, Francia, China y Alemania- “fue un esfuerzo deliberado para dañar la seguridad nacional de Israel“.
“La decisión tomada (por el Grupo 5+1) podría ser el mayor garrote que nuestro presidente (Barack Obama) y las naciones del mundo pueden utilizar para impedir que Israel defienda, a sí mismo, su derecho a existir", destacó la congresista.
Asimismo, la Organización Sionista de América condenó el pacto y lo describió como "un acuerdo de apaciguamiento". En ese sentido, Bachmann señaló que el acuerdo ha dejado a Israel aislado y “las principales potencias mundiales han abandonado a Israel en su momento de mayor necesidad".
"Una cosa es ser un amigo de Israel cuando el sol está brillando y cuando los tiempos son buenos, y otra cosa es ser un verdadero amigo, entendiendo que Israel no sólo tiene el derecho a existir, sino también a defenderse (...) incluso bombardeando las instalaciones nucleares de Irán", detalló la legisladora.
El pasado 24 de noviembre, las seis potencias del G5+1 reconocieron el derecho inalienable de Teherán al enriquecimiento de uranio, a través de la firma de un pacto en el que se comprometen a relajar parte de las sanciones antiiraníes, a cambio de que Teherán limite ciertos aspectos de su programa de energía nuclear.
Tras conocerse la negociación, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, manifestó airadamente su rechazo a la iniciativa y calificó el acuerdo como un “terrible error ". Por su parte, el presidente Obama defendió el acuerdo, dejando de lado las críticas de Israel y del Congreso de su país.