“Hoy un nuevo Yemen ha nacido,” cantaron decenas de jóvenes entusiastas en el lugar de una sentada permanente cerca de la Universidad de Sanaa.

“Hoy un nuevo Yemen ha nacido,” cantaron decenas de jóvenes entusiastas en el lugar de una sentada permanente cerca de la Universidad de Sanaa.

“Se acabó; el régimen cayó,” dijeron miles de yemeníes que se encontraban en la capital refiriéndose a lo que ellos consideraron como “la huida de Saleh”, que permaneció en el poder durante 33 años.

El presidente, que ha sufrido una creciente contestación desde finales de enero, se había negado siempre a partir.

En Taiz, la gran ciudad del suroeste y uno de los principales focos de la contestación, centenares de manifestantes se reunieron en su centro gritando: “Libertad, libertad. Ali ha huido.”

Saleh, que resultó herido en un ataque el viernes contra la mezquita de su Palacio Presidencial, llegó el sábado por la tarde a Riad, donde un responsable saudí afirmó que estaba tratándose.

El balance del bombardeo contra el palacio presidencial se elevó a 11 muertos y 124 heridos, anunció el sábado un responsable gubernamental.

Un responsable cercano al presidente indicó el sábado que el presidente había sido sufrido “quemaduras y arañazos en el rostro y el pecho”, pero su estado no revestía gravedad.

Saleh se dirigió en un mensaje por radio a los yemeníes para asegurarles que su estado de salud era bueno. Él habló con calma, pero con voz cansada.

Según la Constitución, el vicepresidente, Abdel Rabbo Mansur Hadi, debe dirigir el país en ausencia del jefe del Estado, pero ningún anuncio oficial fue realizado en este sentido. Hadi se entrevistó el domingo con el embajador de EEUU en Sanaa, Gerald Feierstein, con el que habló de la situación en Yemen, informó la agencia oficial de noticias Saba.

La televisión oficial continúa alabando a Saleh, mientras que fuentes próximas a la Presidencia indicaron que Hadi no se había instalado en el Palacio Presidencial.

Según ellas, es Ahmed, el hijo primogénito del presidente Saleh y jefe de la Guardia Republicana, quien se encuentra en el Palacio, el centro del poder supremo.

Sanaa se despertó con calma el domingo después de que se escucharan disparos interminantes durante la noche y las calles permanecieran desiertas.

Fuentes tribales dijeron el sábado que el Jeque Sadek al-Ahmar, jefe de la poderosa tribu Hached, estaba listo para una tregua, propuesta por Arabia Saudí, en la lucha que enfrentaba a los miembros de su tribu con las tropas leales a Saleh, en el norte de la capital, Sanaa.

Por otra parte, el comité organizador de la contestación a Saleh pidió, en un comunicado emitido la noche del sábado, la  creación de comités de vigilancia para proteger la propiedad pública frente a la destrucción y el saqueo.

Este llamamiento fue lanzado después de los actos de saqueo que tuvieron lugar el sábado en Taiz, poco después de que las fuerzas de seguridad se retiraran del centro de esta ciudad, tras haber reprimido con contundencia en los últimos días varias manifestaciones en contra del régimen.

Por otro lado nueve soldados yemeníes murieron y decenas resultaron heridos en dos emboscadas que tuvieron lugar cerca de Zinyibar, en el sur de Yemen, durante la noche del sábado por parte de presuntos miembros de Al Qaeda, según una fuente militar.

Rusia expresó su preocupación el sábado por la “terrible guerra civil” que se ha desatado en Yemen y llamó a las autoridades del país a un diálogo y a aceptar un plan de paz propuesto por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que prevé la salida del poder del presidente Saleh, indicó el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov.