La policía federal australiana ha arrestado al supuesto cabecilla de una red criminal de Sydney, de 39 años, que enviaba australianos a combatir en grupos militantes en Siria.
La policía federal australiana ha arrestado al supuesto cabecilla de una red criminal de Sydney, de 39 años, que enviaba australianos a combatir en grupos militantes en Siria.
La policía señaló el martes que unos 100 extremistas australianos han viajado a Siria a luchar contra el gobierno del presidente Bashar al Assad.
El director adjunto de la Policía Federal, Peter Drennan, dijo que el cabecilla es el primer detenido tras una investigación de cuatro meses sobre los ciudadanos australianos que combaten en Siria.
“Él es responsable de organizar viajes y disponer contactos en el extranjero para ciudadanos australianos que van a luchar en Siria”, dijo Drennan.
Un reclutado ha sido también arrestado en relación a este tema, añadió el oficial de policía.
Ambos individuos serán juzgados en base al Acta sobre Crímenes, que estipula que los ciudadanos o residentes en Australia tienen prohibido ir a otros países a luchar o reclutar a otros para hacerlo. Según establecen las leyes antiterroristas aprobadas después de 2001, los australianos que luchan, financian, entrenan o reclutan para combatir en un país extranjero pueden recibir una pena de hasta 20 años de cárcel.
Por otro lado, el gobierno australiano anunció a finales de octubre pasado que podría impedir a los ciudadanos australianos que luchan en Siria el regreso al país. Esta propuesta fue planteada, por primera vez, por el Partido Laborista.
El ministro de Información, Scott Morrison, dijo a Sky News que el influjo de militantes procedentes de Siria podría llevar a “destruir la cohesión social que tenemos en este país”. El antiguo primer ministro laborista, Bob Carr, afirmó, por su parte, que él había propuesto tal prohibición cuando estuvo en el cargo, pero que algunos la consideraban “ilegal”. Él afirmó que el acto de ir a luchar a Siria “viola la ley australiana y debería ser castigado con una exclusión del país.”
El fiscal general, George Brandis, señaló, en este sentido, que el gobierno australiano está “seriamente preocupado por los australianos que están luchando en Siria”, incluyendo en grupos vinculados a Al Qaida.
Sin embargo, hasta el momento ninguno de los ex combatientes que han regresado de Siria ha sido juzgado en el país.