Seis soldados estadounidenses murieron en la provincia de Zabul cuando el helicóptero en que viajaban fue derribado.
Seis soldados estadounidenses murieron en la provincia de Zabul cuando el helicóptero en que viajaban fue derribado. Los detalles que rodean a este incidente son todavía objeto de disputa.
El Pentágono habló, por su parte, de “un posible fallo de un motor”, pero otros responsables estadounidenses reconocieron en diferentes medios que después de la caída del helicóptero los soldados que iban en él fueron atacados por los talibanes.
Los talibanes afirmaron, por su parte, haber derribado el helicóptero estadounidense y luego dado muerte a los supervivientes, señaló un portavoz del movimiento.
Éste supone el incidente más mortal para las tropas norteamericanas en Afganistán este año, superando otro en el que cinco militares estadounidenses murieron cuando otro helicóptero Blackhawk sufrió también una caída.
Por otro lado, los talibanes han lanzado un gran ataque contra una base militar estadounidense situada en la provincia oriental de Nangarhar, cerca de Pakistán. La base, cercana a la ciudad de Torkham, fue objeto de la acción de atacantes suicidas armados con bombas y de ataques con granadas y fuego de ametralladora. El número de insurgentes implicado en esta operación no es conocido, señaló la agencia afgana Tolo, que sólo menciona que un soldado afgano resultó muerto y otro herido.
Por su parte, los talibanes han reivindicado esta acción en un comunicado que habla de bajas entre las tropas extranjeras y “los títeres afganos”, en referencia a las tropas gubernamentales.
Éste es el segundo ataque que sufre la base en los pasados dos meses. Hace tres días, la sede del Directorio de Seguridad Nacional en Torkham se convirtió asimismo en el objetivo de otra operación, que causó heridas a tres soldados afganos.
EEUU tiene previsto retirar la mayoría de sus tropas de Afganistán en 2014, pero está intentando convencer al presidente afgano, Hamid Karzai, para que le permita conservar algunas bases y mantener el despliegue de algunos miles de militares sobre el terreno, lo que arroja dudas sobre un próximo fin de la guerra afgana.