Erdogan ha llevado a cabo una purga en la policía turca en base a la existencia de una conspiración dirigida desde el extranjero que busca derrocarle.
El primer ministro turco, Recep Tayyib Erdogan, lanzó el viernes una purga en el mando de la policía turca que se extendió luego a otras instituciones estatales. Erdogan justificó estas medias denunciando lo que él calificó de “conspiración dirigida desde el extranjero” para derrocarle y crear un “estado dentro del estado”.
Erdogan ordenó el viernes la destitución de 14 oficiales de la policía, después de que esta última ordenara una serie de registros y la detención de algunos empresarios cercanos al primer ministro así como de los hijos de tres ministros del gabinete. El primer ministro calificó estas detenciones y registros de “operación sucia” dirigida a dañar la imagen del gobierno.
El primer ministro ha citado como responsables de la conspiración a ciertas “bandas” ayudadas por fuerzas extranjeras, en alusión al movimiento del erudito islámico Fethullah Gülen, que reside en EEUU. El movimiento de Gülen, que posee una gran influencia en el seno de la policía y el aparato judicial, ha sido, según diversas fuentes cercanas al AKP, la mano que estuvo detrás de los registros policiales.
El movimiento de Gülen posee también gran influencia en los medios y en las escuelas y universidades privadas y ha construido una red de seguidores en el establishment turco, que llega al propio AKP. Este movimiento se ha ido distanciando de Erdogan desde que éste promovió un plan para cerrar las escuelas privadas, una fuente de recursos e influencia para aquel. Ha habido diferencias en otros temas también.
El ministro de la Unión Europea, Egemen Bagis, emitió una declaración el viernes negando que hubieran existido irregularidades y se unió a Erdogan en calificar las operaciones policiales como una conspiración contra el gobierno
Esta crisis, la mayor desde que Erdogan llegó al poder hace 11 años, ha hecho sonar la voz de alarma por parte de algunos círculos, que temen que ella dañe a la economía y pueda conducir a la ruptura del partido gubernamental, el AKP. Sus efectos ya se han hecho sentir y la lira turca ha caído hasta un récord histórico. “El problema es que esto ocurre en un momento en el que la economía no tiene la suficiente fortaleza como para resistir las turbulencias políticas,” dijo Manik Narain, un analista de UBS en Londres.
Erdogan espera ahora salir de esta crisis mediante una remodelación de gobierno, que podría llevar al jefe del servicio de inteligencia MIT, Hakan Fidan, un estrecho aliado de Erdogan, al puesto de ministro del Interior.