El Reagrupamiento Nacional Democrática (RND) dijo el domingo que las declaraciones del presidente francés, François Hollande, sobre la seguridad en Argelia denotan un odio a los argelinos.
El Reagrupamiento Nacional Democrática (RND), la segunda fuerza política en el Parlamento argelino, dijo el domingo que las declaraciones del presidente francés, François Hollande, sobre la seguridad en Argelia “denotan un odio a los argelinos”.
“Tales declaraciones no afectan de ningún modo al pueblo argelino, pero atentan contra las relaciones argelino-francesas que habían conocido una mejora en los últimos años”, dijo la portavoz del RND, Nuara Saadia Yaafar, a la agencia APS.
“Tales declaraciones nos devuelven al punto de partida”, denunció Nuara, que añadió que “el RND cree que estas provocaciones no podrán obstaculizar el progreso de Argelia ni desviarla de sus principios”.
El pasado 16 de diciembre, François Hollande, declaró en tono jocoso ante el Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIJF) que el ministro del Interior, Manuel Valls, había vuelto de Argelia “sano y salvo”. “Eso ya es mucho”, añadió.
El domingo, el ministro de Exteriores, Ramtan Lamamra, estimó que se trataba de “un incidente lamentable” y un “revés” para los vínculos entre los dos países, mientras que un gran número de personalidades políticas argelinas condenaron las palabras del presidente francés.
La oposición francesa, de izquierda y de derecha, criticó también vivamente las declaraciones de Hollande.
Geoffroy Didier, secretario general adjunto de la UMP, estimó, en efecto, a este respecto que François Hollande debía “presentar sus excusas al pueblo argelino” y calificó las declaraciones de Hollande de “indignas y de “ironía fétida”.
El número dos de la UMP añadió que las declaraciones del presidente francés “constituyen un cliché, indigno de un presidente de la República, sobre un país y un pueblo... Tales declaraciones revelan un carácter amateur preocupante para Francia en el escenario internacional”.
El Elíseo intentó minimizar el incidente diplomático calificándolo de “ligera broma”.