EEUU se alió con Arabia Saudí para crear en los años noventa a los grupos extremistas takfiris, señaló el antiguo oficial de la CIA, Robert Baer, en un libro.
EEUU se alió con Arabia Saudí para crear en los años noventa a los grupos extremistas takfiris, señaló el antiguo oficial de la CIA, Robert Baer, en un libro.
El libro titulado “Sleeping with the Devil” (Durmiendo con el Diablo) habla sobre la financiación del terrorismo takfiri en Chechenia por parte del gobierno saudí.
“Tras abandonar la CIA, yo encontré respuestas en un lote de informes de la Inteligencia rusa, que establecían un vínculo directo y convincente entre el gobierno saudí y los rebeldes chechenos. No fue una cuestión de un dinero de una organización caritativa saudí que se abre camino hacia los chechenos”, señala Baer.
En Junio de 1998, cuarenta chechenos “fueron llevados a un campo militar secreto situado a unos 125 kms al sureste de Riad” para recibir un entrenamiento militar durante cuatro meses. Una gran parte fue destinada a adoctrinar a estos individuos en el wahabísmo. El príncipe Salmán, gobernador de Riad y hermano del entonces Rey Fahd, fue el patrocinador del campo”, escribe Baer.
Él añade que el dinero que EEUU paga por el petróleo saudí sirve para financiar el terrorismo.
“Para los fabricantes de armas de EEUU, Arabia Saudí es un subsector de la industria que tiene sus propias reglas. Compramos petróleo de Arabia Saudí, lo refinamos y lo ponemos en los automóviles y un pequeño porcentaje de lo que pagamos termina por financiar ataques terroristas contra EEUU e instituciones estadounidenses en casa y el extranjero”, señala Baer.
Él dijo que uno de los centros de la economía global es “un reino construido sobre el robo, que alimenta el terrorismo, destruye cualquier posibilidad de una clase media basada en derechos de propiedad y promueve la esclavitud y la prostitución”.
Baer deja claro en el libro que EEUU ha ignorado el apoyo de Arabia Saudí a grupos terroristas como Al Qaida con el fin de mantener sus relaciones comerciales con la rica monarquía saudí.
Él se refirió a los ataques del 11-S diciendo que la esposa del entonces embajador saudí en EEUU, príncipe Bandar bin Sultan, envió dinero a los secuestradores de los aviones.
“Un informe enviado al Consejo de Seguridad de la ONU indicó que Arabia Saudí transfirió 500 millones de dólares a Al Qaida en la década que se inició en 1992”, concluye Baer.