La mayoría de los colombianos se mostraron inconformes con el aumento en un 4,5 por ciento del salario mínimo, equivalente a 26.517 pesos (unos 13 dólares), cifra que tildan de irrisoria.

La mayoría de los colombianos se mostraron inconformes con el aumento en un 4,5 por ciento del salario mínimo, equivalente a 26.517 pesos (unos 13 dólares), cifra que tildan de irrisoria.

Hasta ahora el salario devengado ascendía a 589 mil pesos (302 dólares). A partir del 1 de enero, recibirán 616 mil pesos (315 dólares).

El anuncio de este aumento salarial lo hizo la víspera el presidente colombiano Juan Manuel Santos y las reacciones no tardaron en desatarse como tampoco las comparaciones.

Los 26 mil 527 pesos del aumento apenas alcanzan para adquirir unas 20 bolsas de leche de las más baratas o para costear 20 viajes en buses o busetas, de la casa al trabajo, pero uno solo al día, argumenta la mayoría.

Eso sin contar el precio de alquiler de las viviendas y los gastos de educación y atención médica, agregan.

Para el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Alejandro Pedraza, el incremento no es solo injusto sino desconsiderado, ya que no cubre las necesidades mínimas de las familias que dependen de ese salario.

Es más desconsiderado aún, dijo a periodistas, si se tienen en cuenta los recientes pronunciamientos del presidente Santos sobre el crecimiento de los índices económicos en el país.

Por su parte, el presidente de la CUT en el central departamento de Antioquia, Jaime Montoya, catalogó como una burla a los trabajadores ese incremento, que además de revelar la desigualdad social existente, está privilegiando los intereses de los industriales y a las multinacionales, precisó.

Desde las centrales obreras, dijo, estábamos pidiendo un 12 por ciento de aumento, que era lo justo.

Con esa decisión el 2014 será un año para salir a las calles a luchar por un salario justo, advirtió gremio, tras indicar que el aumento actual no fue concertado con las centrales de trabajadores, como ha dicho el Gobierno.

Colombia está entre los países de América Latina en los que menos ha crecido el salario mínimo en términos reales en la última década, afirmó el congresista Iván Cepeda.

La participación de salario de trabajadores en la economía tiende a reducirse, mientras que las ganancias empresariales aumentan, el incremento del 4,5 por ciento equivale a un incremento real del 2,5, subrayó