El liderazgo de Hezbolá no se siente inquieto por las acusaciones por el 14 de Marzo acerca de su implicación en el asesinato del ex primer ministro Mohammad Chatah.
El liderazgo de Hezbolá no se siente inquieto por las acusaciones por el 14 de Marzo acerca de su implicación en el asesinato del ex primer ministro Mohammad Chatah. Él considera, como todos los libaneses, que este crimen, “como toda operación similar” busca dañar al partido y desestabilizar el Líbano y atentar contra su seguridad.
Durante su último discurso del viernes 20 de diciembre, el secretario general del partido, Sayyed Hassan Nasralá, elevó el tono para abordar los temas internos.
Él consideró el comunicado de las fuerzas del 14 de Marzo en Trípoli como un peligro para el futuro de la asociación nacional y la convivencia y puso en guardia contra todo intento de excluir a Hezbolá y sus aliados del poder, lo que significaría marginar a una gran parte de la población libanesa bajo el pretexto de un “gobierno neutro”.
Durante toda la semana, las fuerzas del 14 de Marzo han evocado las “amenazas” de Sayyed Nasralá, considerando que ha superado el listón de su discurso político habitual en el Líbano y expresado su intención de cambiar el régimen político libanés.
El liderazgo de Hezbolá estima que las reacciones de la Corriente del Futuro al discurso de su secretario general muestran su negativa a aceptar una solución interna libanesa.
El considera que la persistencia de la Corriente del Futuro en obedecer a su aliado Arabia Saudí ha hecho un mal al Líbano y busca bloquear toda solución política y mantener abierta la crisis libanesa hasta la realización de algunas imposibles victorias (para los grupos armados) en Siria.