Las tiendas de campaña que simbolizaban la lucha pacífica de los manifestantes de Ramadi no eran otra cosa que talleres de fabricación de minas y bombas destinadas a ser colocadas en coches bomba.
Las tiendas de campaña que simbolizaban la “lucha pacífica” de los manifestantes de Ramadi, en la provincia iraquí occidental de Anbar no eran otra cosa que “talleres de fabricación de minas y bombas destinadas a ser colocadas en coches bomba”.
Según el corresponsal de la cadena de televisión Al Alam, “estas tiendas estaban preparadas para explotar a la llegada de las tropas del Ejército o de los combatientes tribales. Es con estupefacción que los iraquíes han descubierto lo que en realidad eran estas tiendas, que ellos creían que eran residencias improvisadas de manifestantes pacíficos”.
“Las tiendas se encontraban en la autopista de tránsito entre Iraq y Siria y los terroristas las utilizaban, sobre todo, para almacenar armas y mercancías de contrabando. Además, el bloqueo de la ruta comercial causaba cada día cientos de millones de dólares en pérdidas al gobierno iraquí”.
El periodista de Al Alam evocó también la dimisión colectiva de 40 diputados del Parlamento iraquí en señal de protesta contra el desmantelamiento de las tiendas.
“Estos diputados son los mismos que habían mostrado su apoyo a los terroristas. El sitio de protestas de Ramadi servía desde hace meses a los terroristas para ocultarse de las fuerzas de seguridad. Estas últimas han abierto también ya al tráfico la autopista, que permanecía bloqueada.”