La alabanza que el presidente libanés, Michel Suleiman, realizó sobre Arabia Saudí y sus aliados en el Líbano no le ha salvado de las críticas de los políticos del 14 de Marzo.
La alabanza que el presidente libanés, Michel Suleiman, realizó sobre Arabia Saudí y sus aliados en el Líbano no le ha salvado de las críticas de los políticos del 14 de Marzo. Ellos ven ahora a Suleiman como una figura “débil” porque no ha formado el gobierno de hechos consumados, favorable al 14 de Marzo, que “él había prometido en muchas ocasiones”. Ellos han, asimismo, expresado su malestar por las noticias “contradictorias” que llegan del Palacio presidencial y que indican que el presidente “busca dar marcha atrás de nuevo”.
Cada vez que el presidente Suleiman promete formar un gobierno “neutro” -favorable, de hecho, al 14 de Marzo- y está a punto de dar ese paso, tiene lugar un atentado o un asesinato que le lleva a congelar su plan. Diversas fuentes afirman que Suleiman todavía busca formar un gobierno de este tipo. Sin embargo, esta responsabilidad no le corresponde sólo a él, sino también al primer ministro designado. Además, después del atentado contra los residentes en Dahiye, es preciso ser prudente y tener en cuenta las realidades locales y regionales.
Los consejeros de Suleiman admiten en privado que el gobierno que busca formar estaba dirigido contra Hezbolá y el Movimiento Amal. “Sin embargo, resulta imposible tras el atentado de Dahiye hacer tragar a los seguidores de Hezbolá y Amal un gobierno de este tipo”, señala la fuente, que también señala que tal ejecutivo no será formado la próxima semana, después de la Navidad armenia, tal y como se había indicado.
Algunos líderes del 14 de Marzo están, pues, menos preocupados por los atentados con bomba que han sacudido diferentes áreas del Líbano que por hecho de que “la reacción a tales atentados haya producido un coro de declaraciones que piden un gobierno de unidad nacional. Y Suleiman, bajo esta presión, se ha unido al coro, lo cual le lleva a dar marcha atrás”.
Además, Suleiman “no sólo teme a las fuerzas del 8 de Marzo”, sino que también “se somete a la presión del Patriarca Maronita, Butros al Raid, que ha pedido un diálogo y la formación de un gobierno con la participación de todos los partidos”. Los líderes religiosos cristianos libaneses no tienen precisamente afinidades con los intereses de los saudíes y su afán de desestabilizar el Líbano, mediante los grupos takfiris, y controlar su gobierno a través de sus aliados.
De este modo, las fuerzas del 14 de Marzo comprenden que “no hay posibilidad de crear un gobierno de acuerdo a su agenda en un futuro próximo”. Ellos creen que “el contar con Suleiman para formar un ejecutivo exclusivo del 14 de Marzo es una apuesta perdida”. Ellos saben también que la alianza entre el 8 de Marzo y el bloque del líder druso, Walid Yumblatt, no permitirá la aprobación parlamentaria de tal gobierno. Esto sin mencionar “el desequilibrio de poder sobre el terreno” que favorece al 8 de Marzo.
Algunos círculos del 14 de Marzo creen que la repetición del escenario de 2008, cuando Hezbolá desbarató un intento del gobierno del 14 de Marzo de desmantelar la red de comunicación de la Resistencia mediante una rápida operación militar, no puede repetirse debido a que “Hezbolá no puede abrir un frente doméstico además del frente sirio”. Otros, sin embargo, no están tan seguros.
Por otro lado, las fuerzas del 14 de Marzo están divididas también acerca del diálogo nacional. Mientras que las Fuerzas Libanesas, lideradas por Samir Geagea, rechazan el diálogo nacional, la Falange apoya un gobierno político y no se opone a un ejecutivo de unidad nacional. Por su parte, la pro-saudí Corriente del Futuro, liderada por Saad Hariri, está también dividida en lo que respecta al diálogo.