A principios de diciembre de 2013, la Marina de Guerra de Irán botó dos nuevos barcos, dos fragatas lanzamisiles, y un buque auxiliar dentro de su plan para mejorar la capacidad defensiva del país.
Un experto en temas iraníes
A principios de diciembre de 2013, la Marina de Guerra de Irán botó dos nuevos barcos, dos fragatas lanzamisiles, y un buque auxiliar dentro de su plan para mejorar la capacidad defensiva del país y ampliar y desarrollar su fuerza naval.
El Neyzeh (Lanza) y el Tabarzin (Hacha de Batalla) y el buque auxiliar Siryan fueron entregados el pasado 1 de diciembre a la Marina iraní en presencia del jefe de ésta, Almirante Habibollah Sayyari. Los sistemas de detención de radar y la capacidad defensiva de estos nuevos navíos han sido mejorados y puestos al día.
En los últimos años, Irán ha llevado a cabo muchos avances en el campo de la defensa y ha adquirido una autosuficiencia en la producción de equipos y sistemas militares esenciales. En lo que respecta a los buques de superficie, Irán se ha dotado de las fragatas clase Alvand y las nuevas fragatas Yamaran, desarrolladas y construidas en el país, así como de diversos tipos de submarinos.
Cabe también incluir en este último esfuerzo de modernización al destructor Shaheed Bayandor, que fue entregado a la Marina iraní el 11 de Junio de este año. En septiembre de 2012, la Marina iraní botó también el submarino superpesado Tareq 901, igualmente diseñado por expertos iraníes.
El nacimiento de una fuerza naval
Tras la Revolución Islámica de 1979, la Marina de Guerra de Irán recibió la misión de proteger las costas y puertos del país y desempeñó una función notable en la Guerra Irano-Iraquí de 1980-1988. En aquel tiempo, la misión de la fuerza naval iraní se vio obstaculizada debido a la falta de equìpos, fruto del embargo de armas decretado contra el país por las potencias occidentales. En aquel tiempo, fueron adquiridos, sin embargo, nuevos equipos navales y armas, tales como misiles antibuque, a China y Corea del Norte.
Tras la Revolución Islámica, el objetivo de la autosuficiencia se convirtió en una prioridad. Cabe recordar que la Marina iraní en la época del Shah dependía fundamentalmente de las importaciones y la ayuda de los países occidentales. El último Shah buscó adquirir, en este sentido, cuatro modernos destructores clase Kidd a EEUU y ocho fragatas Kortenaer al Reino Unido, pero los contratos fueron cancelados después de la revolución.
La política de autosuficiencia ha llevado al diseño y la fabricación de algunos navíos, tales como destructores, fragatas y submarinos, por parte de Irán, aunque esto no ha excluido la colaboración con los países con los que la República Islámica de Irán ha mantenido una importante relación en las pasadas décadas. Cabe mencionar, por ejemplo, la adquisición de tres submarinos tipo Kilo a Rusia y su colaboración con India en el entrenamiento y manejo de estos navíos. Rusia ha suministrado también helicópteros de ataque a la Marina iraní, incluyendo decenas de Mi-8 y Mi-171.
La cooperación con China ha sido notable, en especial en el campo de la construcción de misiles antibuque. La Organización de Industrias Aeroespaciales de Irán (AIO) y la Corporación de la Ciencia y la Industria Aeroespacial de China (COSIS) han trabajado en el diseño y producción de este tipo de armas. Irán ha importado misiles C-701 de corto alcance y C-802 de largo alcance. Irán desarrolló también un nuevo misil de crucero Raad (Trueno) en colaboración con la COSIS a principios de 2004.
En los años noventa, Irán dio comienzo a su producción nacional de submarinos y en agosto de 2000, el país anunció la entrada en producción del submarino ligero Al Sabiha en una ceremonia en la base naval de Bandar Abbas. En 2005, la Marina iraní anunció que había lanzado el submarino clase Gadir y el 8 de Marzo de 2006, Irán desveló otro nuevo submarino llamado Nahang. Teherán ha diseñado y fabricado asimismo de forma masiva las pequeñas lanchas Kaman, equipadas con avanzados misiles antibuque.
Fuerza y capacidad
En un estudio preparado por el Naval War College de EEUU hace unos años se destacaba la capacidad de Irán de crear una situación militar ventajosa mediante la utilización de un gran número de barcos y embarcaciones pequeños, pero fuertemente armados con misiles anti-buque, así como de minisubmarinos y helicópteros. Todos estos sistemas le permiten atacar de forma simultánea y masiva a cualquier fuerza naval foránea hostil que opere en el Golfo Pérsico. El estudio hace referencia, en particular, al poder de Irán para “tender emboscadas” en el Estrecho de Ormuz, una estrecha vía de agua dotada de pequeñas islas e islotes, que constituye un escenario ideal para la guerra asimétrica preferida por los jefes militares iraníes.
Desde el año 2009, los analistas occidentales señalan que Irán ha estado añadiendo capacidades defensivas u ofensivas a su fuerza naval. Algunas de ellas han sido mostradas en la sucesión de maniobras navales realizadas por los iraníes. Según una evaluación del Pentágono, el arsenal iraní incluye misiles balísticos con buscadores avanzados que les permiten maniobrar mientras se dirigen hacia los objetivos durante el vuelo.
Luchando contra la piratería
En los pasados años, la Marina iraní ha aumentado su presencia naval más allá de sus tradicionales escenarios del Golfo Pérsico y ha ampliado sus misiones. Una de las nuevas es de proteger la navegación en el Mar de Omán y el Norte del Océano Índico frente a los ataques de los piratas somalíes y de otras nacionalidades.
En línea con los esfuerzos internacionales para combatir este fenómeno, la Marina iraní ha llevado a cabo misiones en el Golfo de Adén desde noviembre de 2008 con el fin de proteger las rutas marítimas y los barcos y petroleros iraníes o arrendados por Irán que discurren por ellas.
La Marina iraní ha chocado en varias ocasiones con piratas y ha liberado barcos capturados por ellos. Cabe citar aquí el rescate, llevado a cabo por barcos iraníes, de una tripulación de 28 ciudadanos chinos que habían sido secuestrados por piratas somalíes en el Mar de Arabia en abril de 2012.
El 28 de noviembre de 2013, un buque con bandera liberiana navegaba por el norte del Océano Índico cuando fue atacado por piratas. El barco envío una señal de socorro que fue captada por buques iraníes, que intervinieron de forma inmediata para frustrar la captura del buque.
Presencia en los Océanos Índico y Pacífico
Otra de las nuevas misiones busca convertir a la Marina de Irán en una fuerza naval con capacidad para actuar en aguas internacionales, lejos de sus puertos. La Marina iraní ha comenzado a crear, en este sentido, una presencia más o menos continuada en el Océano Índico y el Pacífico. Al mismo tiempo, la Marina de Irán ha comenzado a intercambiar visitas con algunos de sus aliados y amigos en la región de Asia y en África.
Así, a mediados de diciembre de 2013, una flotilla iraní -que incluía al submarino superpesado iraní Yunus, el destructor Alborz y el buque auxiliar Bandar Abbas- visitó el puerto de Colombo, en Sri Lanka. Allí, los marinos iraníes mantuvieron una reunión con el jefe de la Marina de ese país, vicealmirante Yayanath Colombage.
Poco antes, los barcos iraníes visitaron el puerto de Mumbai, en el oeste de la India, donde fueron recibidos por el jefe del Mando Naval Occidental de la India, vicealmirante Shekhar Sinha, que realizó un llamamiento a una mayor cooperación con Irán especialmente en lo que se refiere a la protección de los buques que navegan por la ruta que se extiende entre las aguas territoriales del oeste de la India y el Golfo Pérsico.
In marzo de 2013, la 24ª Flota de Irán -compuesta, entre otros por el destructor Sabalan y el portahelicópteros Jarg- visitó el puerto chino de Zhangjiagang tras navegar 13.000 kms en 40 días. La visita tenía como objetivo el fortalecimiento de la estrecha relación política, económica y militar que existe entre ambos países. Las visitas de buques iraníes a China sirvieron para mostrar a este último país que Irán es un socio capaz e influyente en quien Pekín puede confiar.
Estas visitas han servido igualmente para que los barcos iraníes naveguen por primera vez y se familiaricen con estas aguas del Océano Índico y el Pacifico, y demuestran que la Marina de guerra iraní se ha convertido en una fuerza estratégica real.
Irán ha convertido también su base de Bandar Abbas en un puerto accesible para la Marina rusa. Los buques rusos pueden recibir suministros y realizar operaciones en dicha instalación, que resulta muy valiosa para los rusos teniendo en cuenta la situación estratégica del Golfo Pérsico y las grandes distancias que los barcos rusos tienen que atravesar en sus viajes desde sus bases en el Pacífico a otras situadas en el Mediterráneo, el Mar Negro o el Mar Báltico. Intercambios de visitas navales han tenido lugar asimismo en el Mar Caspio, que se ha convertido esencialmente un lago ruso-iraní.
En lo que se refiere al escenario africano, Sudán ha recibido varias visitas de buques iraníes, especialmente en su base de Port Sudan, en los últimos años. Estas visitas han servido para fortalecer la cooperación entre ambos países en el terreno económico y el militar, que incluye la entrega de armas a Sudán y a otras naciones y aliados de Irán a través de ese último país.
En un próximo futuro, la Marina de Irán planea visitas a lugares más lejanos como las aguas de la Antártida, según señaló recientemente un responsable militar iraní a la agencia Fars. También es posible que en el futuro Irán puede visitar los puertos de los países amigos en América Latina, como los de Venezuela, Cuba y otros.