Los egipcios están llamados hoy a un referendo constitucional que se extenderá hasta mañana y que resulta vital tanto para las autoridades provisionales, como para sus enemigos de la Hermandad Musulmana.

Los egipcios están llamados hoy a un referendo constitucional que se extenderá hasta mañana y que resulta vital tanto para las autoridades provisionales, como para sus enemigos de la Hermandad Musulmana.

La convocatoria abarca a 53.423.485 electores que tendrán a sus disposición 30.317 centros de votación en todo el país y el objetivo del Gobierno interino es lograr una asistencia del 70 por ciento y por supuesto que la mayoría apruebe el proyecto de Carta Magna.

Fuertes medidas de seguridad han sido implantadas en todo el país en previsión de disturbios o atentados, como los ocurridos en esta capital y otras ciudades desde septiembre pasado.

El referendo es al mismo tiempo un plebiscito político ya que una participación masiva favorece al gobierno provisorio, cuenta habida que la Coalición Nacional de Apoyo a la Legitimidad (CNAL) liderada por la Hermandad Musulmana (HM) e integrada por otras entidades islamistas, proclamaron el boicot de la consulta.

Más aún, la CNAL exhortó a sus parciales a salir a las calles para obstaculizar la votación, una misión cuesta arriba si se tiene en cuenta que el Ejército y la Policía han movilizado 160.000 efectivos para garantizar que reine la calma y los comicios transcurran con normalidad.

La convocatoria islamista tiene un doble filo ya que al demandar la abstención permite suponer que la mayoría de quienes asistan le den el Sí al proyecto.

Los resultados de una encuesta realizada la semana pasada evidencian que una mayoría de los electores, el 74 por ciento, están a favor de la aprobación del proyecto, contra 14 por ciento en contra.

En el centro hay una franja de indecisos, 23 por ciento, que resulta decisiva para ambos contendientes ya que la consulta es el primer hito en un sendero cuesta arriba que incluye comicios legislativos y presidenciales, cuyo orden de celebración y fecha están por determinar.

Para los seguidores del gabinete interino el referendo representa, además, un aval para aplicar más mano dura contra su Némesis, la HM, a la que muchos egipcios desean erradicar del panorama político, pero otra cantidad sustantiva se empeña en mantener alentando a cualquier precio.