Más de 1.000 personas, en su gran mayoría combatientes, han muerto en Siria desde el desencadenamiento hace dos semanas de una guerra civil entre el Estado Islámico en Iraq y Siria y los otros grupos rebeldes.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos del Hombre (OSDH), con sede en Londres, más de 1.000 personas, en su gran mayoría combatientes, han muerto en Siria desde el desencadenamiento hace dos semanas de una guerra civil entre el Estado Islámico en Iraq y Siria (EIIS) y los otros grupos rebeldes, como el Ejército Sirio Libre y el Frente Islámico.
De los 1.069 muertos, 312 eran miembros del EIIS, 608 pertenecían a los grupos rebeldes que combaten contra él y 130 eran civiles. Las otras 19 víctimas no fueron identificadas, según el OSDH.
De los 130 civiles muertos, 21 fueron ejecutados sumariamente en un hospital de Alepo, que utilizaban los extremistas como base.
La mayoría de los otros civiles fueron muertos en los intercambios de disparos y atentados con coches bomba cometidos por el EIIS.
En lo que respecta a los miembros de los grupos militantes opuestos al EIIS, 99 de ellos fueron ejecutados por este último. Los grupos enemigos del EIIS, por su parte, ejecutaron a 56 miembros de esa organización que estaban detenidos.
Dirigente saudí de Al Nusra ejecutado
Por su parte, el Frente al Nusra ha denunciado la ejecución en Raqqa de uno de sus líderes por parte del EIIS, el saudí Abu Saad al Hadrami.
El Frente al Nusra aseguró a Asia News que Hadrami estaba secuestrado desde hace tres meses al este de Alepo. El EIIS anunció hace semanas su intención de ponerle en libertad señalando que no tenía nada contra él. Sin embargo, más tarde declaró que le había ejecutado por “apostasía”.