En los años que siguieron al asesinato del primer ministro libanés Rafiq Hariri en 1985 fue creado por una resolución de la ONU, promovida por EEUU, el Tribunal Especial para el Líbano (TEL).
En los años que siguieron al asesinato del primer ministro libanés Rafiq Hariri en 1985 fue creado por una resolución de la ONU, promovida por EEUU, el Tribunal Especial para el Líbano (TEL). Éste está financiado por 28 países y ha costado más de 250 millones de dólares.
Los escándalos han acompañado la investigación del TEL desde el principio. Los funcionarios de alto rango de la ONU dimitieron por “razones personales”. Otros fueron destituidos por utilizar a falsos testigos.
En el Líbano son numerosos los que creen que el tribunal tiene una orientación claramente pro-occidental. En Occidente, muchos temen que este órgano de la ONU no aborde hechos que podrían causar un malestar en el mundo árabe.
El proceso que se abre estos días en Leidschendam (Holanda) tiene lugar mientras que el Líbano es, en la actualidad, víctima de una ola de atentados que son, en parte, el resultado de la desestabilización producida por el gran número de refugiados llegados de la vecina Siria.
Al mismo tiempo, las milicias afiliadas a Al Qaida han comenzado a enfrentarse a los grupos armados de otras confesiones en un intento aparente de convertir al Líbano, al igual que sucede en Iraq, en el campo de batalla de una guerra religiosa en beneficio de otros estados.
Cinco hombres han sido acusados del asesinato de Hariri por los fiscales del tribunal de la ONU: Mustafa Badr al-Din, Salim Ayyash, Hassan Oneissi, Assaad Sabra y Hassan Merhi. Todos ellos son miembros de Hezbolá.
Sin embargo, parece que el tema acabará en una especie de proceso de fantasmas. Ningún acusado de Hezbolá estará en el banquillo. El proceso y el veredicto tendrán lugar por rebeldía.
El secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, ha hecho saber claramente desde el inicio que considera que el TEL es un “complot norteamericano-israelí” y ha señalado que la extradición de “hermanos de un pasado honorable” está descartada.
Sayyed Nasralá advirtió también que su organización “cortará la mano” de todo aquel que intente hacerlo. Él acusó asimismo a Israel de ser el responsable del asesinato de Hariri.
Las investigaciones sobre el asunto Hariri han quedado bloqueadas. El fiscal berlinés Detlev Mehlis, que abandonó el tribunal hace años, arrestó en su día a cuatro generales libaneses pro-sirios, que pasaron tres años en detención antes de ser liberados debido a que se comprobó que los testigos que les habían incriminado carecían de credibilidad.
Según diversas encuestas, la mayoría de los libaneses creen, por su parte, que el tribunal es parcial y un instrumento de EEUU en su oposición contra Siria y Hezbolá. También consideran que los israelíes fueron los responsables del asesinato de Hariri.