En un artículo publicado en el periódico libanés Al Akhbar, Sami Kleib, analista de cuestiones regionales, ha abordado el tema de la conferencia de Ginebra-2.

En un artículo publicado en el periódico libanés Al Akhbar, Sami Kleib, analista de cuestiones regionales, ha abordado el tema de la conferencia de Ginebra-2.

En este artículo, Kleib escribió: “EEUU ha obligado a la coalición opositora siria a participar en la Conferencia de Ginebra”.

El empleo del término “obligar” no es una exageración, puesto que más de la mitad de los miembros de esta coalición se retiraron de la misma debido a su participación en Ginebra.-2.

Se dijo a los opositores que se sentarían a la mesa de negociaciones de Ginebra-2 para aplicar las decisiones de la Conferencia de Ginebra-1.

Se les dijo igualmente igualmente que esta conferencia estaba destinada a transferir el poder de la presidencia siria a un gobierno de transición.

También se dijo que Bashar al Assad no tendría ningún papel en el gobierno de transición.

Por su parte, Rusia no ha realizado un gran esfuerzo para convencer a Assad para participar en la reunión de Ginebra-2. Moscú le ha prometido que la agenda de esta conferencia no tocará determinadas cuestiones.

Durante la conferencia, el ministro de Exteriores sirio, Walid Muallim, reiterará que Siria, víctima de un complot terrorista internacional, tiene necesidad del apoyo internacional para hacerle frente.

Él indicará igualmente que las autoridades sirias tienden las manos al mundo entero para poner fin a la guerra, la catástrofe humanitaria y la reconstrucción de las viviendas destruidas.

Este discurso estará lleno de expresiones relativas a la necesidad de reforzar la lucha contra el terrorismo.

Dicho en otras palabras, las dos partes van a Ginebra con dos programas opuestos.

El gobierno sirio participa en esta reunión con más tranquilidad y certidumbre que una oposición dividida y minada por querellas internas.

A decir verdad, Siria no cree en la utilidad de esta conferencia y participa sólo para satisfacer a la parte rusa. Siria quiere igualmente poner a los opositores en una situación embarazosa.

El programa de trabajo del gobierno se caracteriza por siete principales ejes:

- La propuesta de cese el fuego en Alepo que ya fue avanzada por el ministro de Exteriores sirio, Walid Muallim, en Moscú. Es en referencia a esta propuesta que el secretario de Estado, John Kerry, declaró que el mundo “no se dejará engañar por Assad en Ginebra-2.”

Resulta claro que Alepo y sus suburbios son víctimas de los elementos armados, takfiris y rebeldes, en resumen, de terroristas. Por consiguiente, parece imposible lograr un acuerdo. De este modo, el gobierno sirio puede decir que es coherente y solidario mientras que los elementos armados están divididos.

- Siria no aceptará nunca la transferencia de poderes del presidente de la República. El gobierno sirio y sus aliados ven esto como un asunto interno sirio y creen que corresponde a los propios sirios decidir sobre estos temas y no a ninguna potencia extranjera.

- El gobierno sirio intentará continuar las futuras negociaciones en el interior del país, de tal modo que la Conferencia de Ginebra-2 sea la última que se organice en el exterior.

- La delegación siria no está autorizada a aprobar ninguna cláusula de un acuerdo sin la aprobación del presidente Assad, lo que convierte a éste en uno de los principales ejes de las negociaciones.

- La autorización de entrada de ayuda humanitaria a diversos enclaves en poder de los grupos armados, conforme a acuerdos precisos y a condiciones fijadas, y bajo la supervisión del gobierno sirio.

- Un acuerdo sobre los mecanismos precisos para el intercambio de prisioneros, salvo aquellos que estén acusados de pertenecer a Al Qaida y organizaciones afines.

- La no autorización para fijar un calendario para las negociaciones o para lograr un acuerdo.