El 14 de diciembre, Irán anunció que había suspendido un préstamo de 250 millones de dólares a Pakistán para construir parte del Proyecto de Gaseoducto Irán-Pakistán (IP).
Un experto en temas iraníes
El 14 de diciembre, Irán anunció que había suspendido un préstamo de 250 millones de dólares a Pakistán para construir parte del Proyecto de Gaseoducto Irán-Pakistán (IP), que permitirá a ese país importar 21,5 millones de metros cúbicos de gas natural iraní por día para satisfacer sus crecientes necesidades de energía. El viceministro del Petróleo de Irán, Ali Mayedi, dijo a responsables pakistaníes que, debido a las sanciones, Irán no podía financiar la construcción de un gaseoducto en otro país. Él aconsejó a los pakistanies que consigan la ayuda de compañías de terceros países, especialmente europeas.
El responsable iraní se quejó de que Islamabad había hecho poco para construir su propia sección de gaseoducto. “Si un contratista es elegido hoy y la construcción del gaseoducto comienza hoy también, llevaría cuatro años terminarla”, dijo Mayedi, añadiendo que si Pakistán no comienza a importar el gas hacia finales de 2014, Irán pediría una compensación en base a los términos del contrato. “Tales retrasos son inaceptables y se espera que Pakistán cumpla con sus obligaciones en este contrato”, dijo Mayedi.
Irán ha construido ya 900 kms de gaseoducto en su territorio, pero Islamabad no ha intentado hasta el momento buscar la financiación necesaria para el proyecto debido a la amenaza de sanciones de EEUU, a pesar de que el acuerdo sobre el gaseoducto estipula que Pakistán debe terminar su parte de la instalación en diciembre de 2014. Washington ha intentado convencer a Islamabad de que acepte tomar parte en un proyecto para construir un gaseoducto desde Turkmenistán hasta Pakistán a través de Afganistán. También ha prometido promover el Proyecto para la Transmisión, Comercio y Electricidad en el Sur de Asia y el Asia Central (CASA-1000), que permitiría a Pakistán y Afganistán adquirir electricidad de Tayikistán y Kirguistán.
Algunos expertos pakistaníes han criticado al gobierno pakistaní afirmando que en realidad EEUU depende de Pakistán en muchos temas: desde la retirada pacífica de Afganistán a la lucha contra el terrorismo internacional y es improbable que Washington ponga estos vínculos en peligro aprobando sanciones contra Islamabad. De este modo, al someterse a la presión estadounidense, Pakistán está demostrando ser un socio no digno de confianza.
Con esta actitud, el gobierno pakistaní está dañando los intereses de su país. El oleoducto está considerado vital para la economía de Pakistán y ha sido diseñado para ayudar a la nación a satisfacer sus crecientes necesidades de energía. El país hace frente en la actualidad a frecuentes cortes de electricidad en áreas rurales y en ciudades que perjudican severamente su desarrollo industrial.
Para empeorar las cosas, algunos medios dijeron recientemente que Pakistán había construido armas nucleares para Arabia Saudí, lo cual supondría una amenaza para Irán, y que ellas estaban listas para ser enviadas. Sin embargo, no sería tan fácil enviarlas a través del Mar Arábigo. Además, Riad, como miembro signatario del Tratado de No Proliferación, se arriesgaría a ganarse la condena internacional y probables sanciones y a provocar una carrera de armamentos regional en tal caso. Sin embargo, la publicación de esta noticia ha puesto de manifiesto los estrechos vínculos entre el gobierno pakistaní y la monarquía saudí, que dio al actual primer ministro pakistaní, Nawaf Sharif, asilo político durante varios años tras el golpe militar de 1999 que lo derrocó.
En noviembre, un nuevo grupo salafista que se autodenomina “Yaishul al Adl” (el Ejército de la Justicia) llevó a cabo acciones terroristas en la provincia iraní de Sistan. Se trató de la primera acción terrorista en la región después del arresto de Abdul Malik Rigui por parte de las autoridades iraníes. Rigui era líder del grupo terrorista Yundullah, que atacó a Irán desde el territorio pakistaní antes de ser destruido por las fuerzas de seguridad iraníes en 2010.
El ataque causó la muerte de 16 soldados iraníes. Fuentes francesas, bien informadas acerca del dossier de los grupos terroristas salafíes, que están apoyados por Arabia Saudí, dijeron al canal libanés Al Manar que Arabia Saudí había ordenado el ataque y que este nuevo grupo era sólo el fruto del violento enfoque saudí hacia Irán y el eje regional aliado con él,es decir, Siria, Iraq y Hezbolá.
Estas fuentes acusaron también a la Inteligencia pakistaní, en conjunción con la Inteligencia saudí, de crear y activar este grupo. Fuentes francesas dijeron a al Manar que la Inteligencia saudí había gastado recientemente enormes cantidades de dinero para financiar al grupo Yaishul al Adl, pero que los débiles recursos saudíes no permiten a la Inteligencia saudí ocuparse directamente de él. Esto habría llevado a los saudíes a emplear a la Inteligencia de Pakistán para hacerlo.
Debido a todos estos factores, Pakistán no está ahora en una buena posición para aprovecharse de la nueva posición de Irán en la región después de la firma del acuerdo nuclear. Las dudas del gobierno de Pakistán sobre el contrato del gaseoducto y su sumisión a EEUU y Arabia Saudí están dañando sus vínculos con su vecino e impidiendo al país recoger los beneficios del futuro desarrollo de Irán.
Por su parte, India, el rival de Pakistán, ha saludado el acuerdo nuclear alcanzado con Irán y las seis potencias mundiales en noviembre de 2013, del que espera sirva eventualmente para el levantamiento de las sanciones contra Teherán. India importó 11.600 millones de dólares de petróleo iraní en el año fiscal de 2012-2013 y es el segundo mayor cliente de petróleo iraní. Parte de este comercio es realizado en rupias indias.
Durante años, India ha llevado a cabo una política de estudiada neutralidad entre EEUU e Irán. Bajo presión norteamericana, Nueva Delhi ha continuado adquiriendo petróleo iraní, pero ha disminuido sus compras. Sin embargo, el ministro de Finanzas indio, P. Chidambaram, indicó en agosto que India quería comprar más crudo iraní para compensar el fuerte incremento del costo del petróleo en el balance de pagos internacional de la India. Las importaciones iraníes han ayudado también a la rupia india a mantener su valor.
Los empresarios y políticos indios son ahora optimistas. Durante el pasado año, India intentó incrementar sus exportaciones de arroz, recambios de automóviles y productos farmacéuticos a Irán utilizando las rupias que se encuentran en bancos indios. Los hombres de negocios también buscaron realizar inversiones en el país. El presidente de la Federación de Organizaciones Exportadoras Indias, Rafique Ahmed, dijo que “esto puede darse posiblemente ahora: ir del comercio a las inversiones”.
“El acuerdo nuclear ha creado también una nueva atmósfera en relación al Gaseoducto de la Paz, que discurriría a través de Pakistán”, señalo Chintamani Mahapatra, de la Escuela de Estudios Internacionales Jawaharlal Nehru. Aunque India abandonó las conversaciones sobre el gaseoducto, citando razones de seguridad, el viceministro de Interior iraní para temas Internacionales y Comerciales, Ali Mayedi, dijo que esperaba que Nueva Delhi pueda superar sus dudas y unirse al proyecto. India puede considerar también una versión modificada del plan para adquirir gas natural iraní a través de un gaseoducto que discurriría por un lecho marino con el fin de evitar el territorio pakistaní.
En el terreno estratégico, es importante para la India mantener una estrecha relación con Teherán. India e Irán se oponen a un gobierno talibán en Kabul y podrían coordinar sus posturas políticas con el fin de impedir tal posibilidad. Irán es además el único corredor de India para acceder a Afganistán y podría convertirse en el punto de tránsito de la ayuda india a ese último país..
India, Irán y Afganistán han alcanzado también un acuerdo para desarrollar el puerto iraní de Chabahar, en el Golfo de Omán, que tiene como fin el de dar a la India un acceso no sólo a Afganistán, sino también a los países de Asia Central, muy ricos en recursos. El documento está preparado y podría ser firmado pronto.
India e Irán acordaron desarrollar el puerto en el sur de Irán en 2003 durante una visita a la India del entonces presidente iraní, Mohammed Jatami, pero aquella iniciativa no pareció en un principio lograr muchos progresos. Sin embargo, Nueva Delhi ha dedicado recientemente 100 millones de dólares para el desarrollo del puerto y está buscando ahora un acuerdo trilateral con Irán y Afganistán en el tema del tránsito y las aduanas.
Al mismo tiempo, India, que tiene la segunda población shií más numerosa del mundo, ha sido el objetivo, al igual que Irán, de las acciones de los grupos extremistas takfiris en Mumbai y otros lugares. A pesar de los numerosos problemas, el país tiene un récord ejemplar de armonía intercomunitaria y puede trabajar con Irán con el fin de impedir que la plaga del takfirismo se extienda hacia el este.
Algunos analistas indios temen que si un acuerdo final entre Irán y Occidente es alcanzado en el tema nuclear, las sanciones antiiraníes son levantadas y el país vuelve de forma plena al mercado petrolífero mundial, el atractivo de India como socio comercial podría disminuir e Irán podría dejar de aceptar rupias indias como pago para su petróleo, aspecto este último que es muy favorable para la India. Sin embargo, a corto plazo, India se beneficiaría de una posible solución al problema del seguro de los cargamentos de petróleo iraníes.
Israel intentará también obstaculizar a anticipada expansión de relaciones entre la India e Irán utilizando su cooperación militar y de inteligencia con Nueva Delhi. Israel ha servido durante mucho tiempo como una fuente primordial de alta tecnología para la modernización del Ejército indio, a menudo con la aprobación estadounidense.
La influencia israelí se verá, sin embargo, menoscabada por el hecho de que EEUU está ahora buscando relacionarse con la India directamente, lo que incluye el diseño conjunto de sistemas de armas. El plan de EEUU para expandir su cooperación con la India -como otro paso para contener y rodear a China- está teniendo ya un impacto negativo en la relación militar de Nueva Delhi con Tel Aviv.
Así por ejemplo, India ha retrasado una decisión de comprar misiles antitanques Spike de fabricación israelí debido a una oferta estadounidense para desarrollar conjuntamente la próxima generación de misiles Javelin. Además, Israel ha estado perdiendo contratos en los últimos años debido a los frecuentes retrasos y los crecientes costos. Así por ejemplo, la decisión india de adquirir dos AWACS Phalcons de Israel ha sido pospuesta debido a consideraciones económicas.
En resumen, a pesar de ser un país de mayoría musulmana, la ilógica política exterior de Pakistán ha impedido una aproximación a Irán. Su estrecha relación con Arabia Saudí, su sumisión a EEUU y su apoyo a los talibanes y otros grupos extremistas han convertido a la India en una opción más atractiva para Irán en los campos económico y estratégico. Esta situación también dañará la futura posición de Pakistán en Afganistán y Asia Central.