La preparación de la visita de Vladimir Putin en Irán está en fase avanzada.
La preparación de la visita de Vladimir Putin en Irán está en fase avanzada. Según fuentes rusas e iraníes bien informadas, la visita tendrá lugar próximamente, probablemente después de los Juegos Olímpicos de Sochi, que tendrán lugar del 7 al 23 de febrero.
Este viaje y el impulso dado a las relaciones entre Irán y Rusia inquieta a EEUU cada vez más. Washington no quiere que Rusia restaure completamente los vínculos económicos con Teherán y pueda así superar a las compañías estadounidenses, que esperan en la cola el momento en el que se levanten las sanciones contra Irán.
Desde el pasado 20 de enero, Irán ha comenzado a aplicar el acuerdo para la limitación de su programa nuclear y EEUU y la UE han suavizado las sanciones contra Irán.
En la víspera de la conferencia de Ginebra sobre Siria, Yavad Zarif, ministro iraní de Exteriores, visitó Moscú a fin de encontrarse con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, y con el presidente Vladimir Putin. “Esperamos encontrarle en Irán próximamente”, manifestó Zarif. Serguei Lavrov visitó ya Teherán en Diciembre de 2013.
En enero, Rusia anunció que estaba dispuesta a adquirir 500.000 barriles de petróleo iraní. Este acuerdo deberá ser firmado por Putin durante su visita. Los diplomáticos rusos han declarado en más de una ocasión que ellos no estaban dispuestos a acatar las sanciones unilaterales estadounidenses sobre la compra de petróleo. De este modo, las transacciones financieras con Teherán no presentan ningún problema jurídico para Rusia.
Mientras que EEUU no ha mantenido relaciones con Irán durante 34 años, Moscú, por el contrario, es un país vecino de Irán y, tras el arreglo de la cuestión nuclear iraní, tiene todas las razones para actuar hacia ese país sin rendir cuentas a quien sea y de acuerdo total con sus propios intereses nacionales.
“La mayor parte del trabajo para el logro de un acuerdo en el tema de la cuestión nuclear iraní fue llevado a cabo por Rusia, que ejerció además el papel de intermediario y de apaciguador principal entre Occidente e Irán. Nosotros no estamos interesados en la agravación de la situación cerca de nuestra frontera sur y en los alrededores del Cáucaso. Nosotros comprendemos el papel de Irán en la región del Cáucaso, Asia y Oriente Medio. Tenemos relaciones de buena vecindad con Irán,” dijo Vladimir Novikov, analista del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos.
La transacción petrolífera planeada entre Moscú e Irán ha suscitado reacciones de parte de EEUU. Sin mencionar a Moscú en concreto, el secretario estadounidense de Finanzas, Jack Lew, amenazó con utilizar medidas punitivas contra toda empresa que busque contornear el embargo estadounidense contra Irán.
“Sería un gran error por parte de las principales sociedades mundiales el sobrestimar el nivel de transparencia de Irán para los temas comerciales. El plan de acción común del Grupo de 5+1 e Irán prevé la suavización de sólo algunas sanciones limitadas. Toda la arquitectura de las sanciones petrolíferas y financieras continúa en pie. Toda compañía que viole las sanciones puede ser objeto de medidas punitivas y nosotros tenemos la intención de vigilar con atención el respeto a estas sanciones”, declaró.
Moscú está convencido de que si espera que EEUU y la UE levanten las sanciones antiiraníes, los norteamericanos y europeos tendrán tiempo de repartirse el mercado iraní dejando fuera a Rusia. Teherán necesita inversiones, equipos y tecnologías. Y es justamente Rusia la que posee estos medios financieros y los equipos y tecnologías que los iraníes necesitan.
La participación del presidente iraní Hassan Rohani en el Foro Económico Mundial de Davos ha demostrado que Rusia ha calculado bien su tiempo. El auditorio de Rohani estaba lleno de representantes de grandes compañías de Europa y EEUU. El presidente iraní declaró que estaba dispuesto a poner en marcha un acuerdo de asociación con los países europeos cuando las sanciones sean levantadas.
En Suiza, Rohani se ha reunido, no con políticos, sino sobre todo con directores de las grandes compañías del sector energético. Los dirigentes de la italiana Eni, de la francesa Total, de la británica BP y de Shell estuvieron haciendo cola para reunirse con el presidente iraní. El levantamiento de las sanciones es tan importante para Europa como para Irán. Según las estimaciones más modestas del Departamento del Tesoro de EEUU, el mercado iraní de bienes y servicios podría ascender a unos 70.000 millones de dólares. Esto supone la creación de decenas de miles de empleos suplementarios en los países occidentales.
Alemania, que era el principal socio comercial de Irán antes de la imposición de sanciones, espera su levantamiento y el aumento de sus exportaciones a Irán en unos 10.000 millones de euros. Alemania suministra hoy a Irán mercancías que no son objeto de las sanciones. Sin embargo, dado que los bancos europeos no trabajan con Irán, el comercio es muy limitado.
Por su parte, las sociedades estadounidenses comenzaron a enviar a Irán representantes para preparar el terreno ya antes del acuerdo de Ginebra. Las compañías estadounidenses quieren vender a Irán vehículos, material para la extracción de petróleo y gas, equipos de construcción de automóviles, productos químicos y otros.