Las acciones que pongan en peligro la unidad de Arabia Saudí, causen desórdenes públicos, pidan cambios o difamen la reputación del estado o el rey serán consideradas como terrorismo.
Las acciones que pongan en peligro la unidad de Arabia Saudí, causen desórdenes públicos, pidan cambios o difamen la reputación del estado o el rey serán consideradas como “terrorismo”, según una nueve ley que ha entrado en vigor en el reino del Golfo.
La nueva legislación fue ratificada por el rey Abdulá el sábado después de haber sido aprobada por el gobierno el pasado diciembre, tras la propuesta inicial del Ministerio del Interior y del Consejo de la Shura, un órgano consultivo.
La ley define el terrorismo como “cualquier acto llevado a cabo por un delincuente que busque perturbar el orden público... socavar la seguridad... o la estabilidad del estado... poner en peligro la unidad nacional... o suspender la ley básica del gobierno o algunos de sus artículos”, según el texto citado por Human Rights Watch.
También serán considerados terroristas aquellos que “insulten la reputación del estado o su posición... inflijan daños a las instituciones públicas o sus recursos o aquellos que intenten obligar al gobierno a que realice una acción o impedirle que lleve a cabo otra, o que amenacen con llevar a cabo actos o incitaciones que conduzcan a tales propósitos”.
Esta legislación permite a las fuerzas de seguridad arrestar y detener a sospechosos durante un período de hasta seis meses con la posibilidad de extenderlo otros seis meses. Los sospechosos podrán permanecer incomunicados durante 90 días sin la presencia de un abogado. También permite el registro de los domicilios de los sospechosos sin orden judicial.
La nueva legislación permite también la vigilancia de Internet y las escuchas telefónicas sin orden judicial.
Cuando la legislación fue aprobada en diciembre, HRW condenó el intento del régimen saudí de limitar la libertad de expresión y criticó la ley por su definición muy ambigua y extensa del terrorismo.
“Las disposiciones legales vagas y de amplio significado no pueden ser la base para violar una amplia serie de derechos fundamentales”, dijo HRW en un comunicado. “La negativa de Arabia Saudí a permitir la participación de los ciudadanos en los asuntos públicas y a aceptar la libertad de religión, reunión, asociación y expresión así como la sistemática discriminación contra las mujeres exceden cualquier noción de limitaciones justificables.”
Los activistas están preocupados por la posibilidad de que la ley sea utilizada para silenciar a la oposición liberal en el país, señaló el disidente saudí Abdul Aziz al Shubaili, de la Asociación Saudí por los Derechos Civiles y Políticos (HASEM), que describió la ley como “catastrófica”.
“Si yo pidiera la liberación de alguien de prisión por haber estado más tiempo en ella del que cubre su sentencia, podría ser juzgado por “pedir al estado que realice una acción”, dijo Shubaili. “Cuando pido una monarquía constitucional, podría ser acusado de terrorismo”.
“Ellos te considerarán terrorista porque pides al reino que haga algo que no quiere hacer”, añadió.
El investigador de HRW Adam Google señaló que “la nueva ley es draconiana en el espíritu y en la letra y hay muchas razones para temer que las autoridades están dispuestas a utilizarla contra los disidentes pacíficos”.
Las mujeres saudíes que no tienen el derecho a conducir podrían ahora ser acusadas de “terroristas” por perturbar el orden público al desafiar la prohibición de conducir que sufren, y hacer frente al castigo correspondiente, según la nueva ley. En octubre, surgieron imágenes en Internet de mujeres saudíes en vehículos conduciendo por la ciudad como parte de una protesta unificada.